La familia de Emanuela Orlandi acusa al Vaticano de haber filtrado sospechas para despistar la investigación

El fiscal del Vaticano informó a la justicia italiana de que el tío de Emanuela intentó flirtear con la hermana de la desaparecida

Esa pista fue investigada y desechada en los años 80, pues ese día estaba fuera de Roma

El Vaticano confirma que hay líneas de investigación sin explorar sobre la desaparición de Emanuela Orlandi

Retrato robot del último hombre con el que fue visto Emmanuela junto a uno de su tío Mario M. LA7

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

El fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, explicó en junio que había descubierto «algunas líneas de investigación dignas de ser profundizadas» para aclarar la desaparición de la ciudadana vaticana Emanuela Orlandi, misteriosamente desaparecida en Roma el 22 de junio de 1983 a los ... 15 años, pero no reveló de qué se trataba.

A continuación, transmitió esos datos a la fiscalía de Roma, y ahora han sido publicados por un medio de comunicación italiano, «La 7», canal de televisión que en los últimos meses ha prestado mucha atención a este caso.

Según ese canal, el fiscal del Vaticano ha localizado en los archivos el intercambio epistolar entre el cardenal Agostino Casaroli, entonces secretario de Estado, y un sacerdote latinoamericano que vivía en Colombia y que conocía bien a la familia Orlandi. Son dos cartas escritas sólo tres meses después de la desaparición de Emanuela.

En la carta, enviada por valija diplomática, el purpurado le plantea una pregunta de parte de «ambientes investigativos romanos». Quiere aclarar si en el pasado la hermana mayor de la desaparecida le había revelado que había sido agredida sexualmente por su tío Mario M.

«Sí, es cierto. Natalina fue objeto de atenciones morbosas por parte de su tío. Me lo confió aterrorizada. Éste le había advertido que, si no estaba callada, habría perdido el empleo en el bar que su tío gestionaba en el Parlamento, y en el que ella trabajaba», respondió el sacerdote desde Bogotá.

Mario M. falleció hace ya algunos años. Él fue precisamente el interlocutor nombrado por la familia para hablar con los supuestos secuestradores y su imagen tiene cierto parecido con el retrato robot del hombre con el que fue vista Emanuela por última vez. La televisión «La 7» advierte explícitamente que no está acusando al tío de Emanuela Orlandi, sino advirtiendo de «un escenario sólo parcialmente explorado».

Natalina Orlandi ha comparecido este martes en Roma con gran dignidad para explicar que su tío «no le violó»: le hizo «propuestas» y «flirteó» con ella durante un mes, pero cuando ella le paró los pies, no insistió. «Fue una cosa rápida que cesó en poco tiempo, la relación con él no cambió, porque no ocurrió nada serio», insiste. Era el año 1978, cinco años antes de la desaparición de Emanuela, y ella tenía 21 años.

En cualquier caso, en 1985 Natalina Orlandi informó durante uno de los interrogatorios sobre este episodio, pero estas acusaciones no fueron transmitidas a las actas del proceso, porque Mario M. estaba de vacaciones con sus hijos fuera de Roma el día en que Emanuela desapareció.

Para la abogada Laura Sgrò se trató sólo «una ofensa verbal». La principal duda de la hermana de Emanuela es «cómo se ha relacionado este episodio con la desaparición».

Natalina ha revelado además que en 2017, el entonces número tres del Vaticano, el ahora cardenal Angelo Becciu, le avisó de que el Vaticano tenía este material, y que llegaría a la opinión pública si debían pasar toda la información a la fiscalía italiana. «Lo viví como un chantaje», asegura Natalina.

«Manchar a la familia»

El hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, lo considera un intento de «manchar a la familia». Aunque la filtración podría proceder del tribunal romano, Pietro culpa al Vaticano. «Estoy seguro de que el Vaticano ha filtrado la información. Creo que están buscando modos de descargar su propia responsabilidad sobre otros», denunció en una rueda de prensa. También solicitó «un encuentro reservado con el Papa para hablarle de los buitres que tiene a su lado, y que están haciendo todo lo posible para que no salga la verdad».

La abogada de la familia Orlandi lamentó que, a pesar de las solicitudes que la justicia italiana ha hecho a lo largo de estos años al Vaticano para recibir todos los datos que tiene sobre el caso, haya tardado 40 años en hacer pública esta correspondencia.

Insiste en que «la justicia italiana investigó la pista de Mario M. a principios de los años 80 y no dio ningún resultado. Espero esto no sea lo único que ha descubierto la fiscalía vaticana, pues no aporta nada nuevo».

Aunque sí que es un dato nuevo para la opinión pública, pues no se había mencionado hasta ahora, lo único claro en esta historia es que no hay ninguna prueba sólida que sustente que Mario M. tenga que ver con la desaparición de la joven de 15 años.

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