Kristina, madre por gestación subrogada: «Es muy fácil dar lecciones cuando puedes parir a tus hijos»
Un cáncer dañó su útero y la dejó sin posibilidad de gestar. Para tener a su hijo viajó a Canadá, donde se permite la gestación por sustitución altruista
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Pronto hará dos años del nacimiento de Mike en Canadá. Su madre, Kristina Carmona, bilbaína de 44 años, no lo llevó en su vientre. Un cáncer con solo 34 años y el tratamiento al que se sometió para curarse provocaron que su útero se deteriorara, ... sin posibilidad de quedarse embarazada, de manera que recurrió a la gestación subrogada. Empezó el proceso en 2016 pero no fue hasta 2021 cuando vio hecho realidad su sueño de ser madre.
Paralelamente, Kristina había iniciado también los trámites para adoptar a un niño, pero durante los siete años que estuvo esperando no recibió noticias. «Tenía claro que quería ser madre», explica en conversación con ABC, de manera que conocer a Mica, la mujer que gestó a su hijo, fue para ella la mejor de las suertes.
En Canadá la gestación subrogada es altruista, es decir, la mujer que se queda embarazada no recibe compensación más allá de los pagos que cubran su asistencia médica y de posibles gastos asociados, como los que cubran las molestias derivadas de la gestación. «Yo contraté a una empresa intermediaria que me puso en contacto con una consultora canadiense. Y es esta última la que contactaba con las gestantes», afirma.
No fue fácil dar con la mujer que iba a quedarse embarazada de su hijo, pues pese a haber conocido antes a otras mujeres que parecían dispuestas a hacerlo, finalmente lo rechazaron. «Algunas se echaron para atrás, porque son las mujeres las que dicen el momento en el que no continúan y da igual en qué punto del proceso estén», cuenta esta madre soltera.
La madrina del niño
Finalmente, en 2018 conoció a Mica, que daría a luz tres años después a su hijo, Mike. Su relación actual, explica, «es como de amigas de toda la vida». La gestante es la madrina de su hijo y viajará próximamente a Bilbao para reencontrarse con ellos. Participarán juntas en un congreso organizado por las familias formadas por maternidad subrogada en el que quieren que las gestantes cuenten sus experiencias. Una vez termine este encuentro, Mica aprovechará su visita a España para desplazarse junto a Kristina y Mike a Cádiz para conocer al resto de la familia. Como una amiga más, «aunque viva al otro lado del charco». «Hablamos de continuo, nos queremos muchísimo», prosigue Kristina.
Y es precisamente sobre las gestantes una de las críticas hacia la gestación subrogada que más molesta a esta madre. En concreto, la que relaciona esta técnica reproductiva con la explotación de mujeres vulnerables. El pasado miércoles, tras conocerse la maternidad subrogada de Ana Obregón, la ministra de Igualdad, Irene Montero, hablaba de «forma de violencia» contra «mujeres precarias en situación de riesgo de pobreza». «Nunca se olviden de las mujeres que están detrás, hay un sesgo de discriminación por pobreza claro. No se olviden de que es un práctica que no es legal en España, que está reconocida en nuestro país como una forma de violencia contra las mujeres», dijo la titular de Igualdad en el Congreso de los Diputados.
Compartía sus palabras la ministra de Hacienda, María Jesús Montero: «Son las mujeres pobres las que ponen a disposición su cuerpo para que una pareja o una persona pueda tener un hijo». Para Kristina, estas palabras son una muestra de desconocimiento sobre la gestación por sustitución que achaca a que el Ejecutivo no muestra interés en hablar con las gestantes. «Somos las familias y asociaciones las que estamos pidiendo a la ministra que no se olvide de ellas, porque se dedica a hablar de ellas pero no nos consta que hable con ellas», reprocha. «Si realmente les preocupa esa vulnerabilidad, que seguro que en algunos procesos existe, que hable con ellas. Pero que no tome la parte por el todo, porque nos hace mucho daño».
De haber podido, prosigue esta madre, se habría quedado embarazada sin dudarlo. «Si hubiera podido tener hijos de manera natural no habría recurrido a la gestación subrogada», afirma. Desmiente además la teoría extendida entre los detractores de la gestación subrogada de que muchas mujeres que recurren a esta técnica lo hacen para no deformar su cuerpo con un embarazo.
Comentarios «de odio»
El hecho de no haber podido tener hijos, dice, es ya doloroso de por sí como para tener que enfrentarse además a comentarios que define como «de odio». «Sobre todo los que ponen en el centro a los niños, diciendo que son comprados. Intento no pensarlo, pero que me digan que mi hijo es comprado y que yo soy basura humana duele. Y sobre todo me duele mucho que estos comentarios puedan llegar a él, que no ha elegido la manera en la que vino al mundo», lamenta.
Tampoco entiende cuando estos comentarios proceden de otras mujeres que ya han sido madres. «Sobre todo de las que no tienen una posición clara sobre la gestación subrogadas hasta que dan a luz, y una vez tienen a sus hijos se muestran en contra. Es muy fácil dar lecciones cuando puedes parir a tus hijos», critica Kristina.
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La reciente maternidad de Ana Obregón a los 68 años ha reabierto el debate sobre la gestación subrogada, pero esta bilbaína considera que se debe separar el debate de la gestación por sustitución del de la edad. Sobre el caso concreto, considera que la actriz ha cumplido con la legislación del país de destino, «que es lo mismo que hacemos las familias que recurrimos a la gestación subrogada en otros países, pues cumplimos con la legislación de cada lugar para poder ser padres y madres». Si se regula esta técnica, dice, se podrían marcar los límites, entre los que podría figurar también la edad de los progenitores que recurran a ella.
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