El brote de botulismo en Europa por inyecciones de bótox en clínicas de Turquía alcanza ya los 67 casos

La información actualmente disponible indica que todos los pacientes se sometieron a intervenciones médicas destinadas a ayudarlos a perder peso, realizadas entre el 22 de febrero y el 1 de marzo de 2023. De los 63 casos con información disponible, 60 casos están vinculados a un hospital privado en Estambul mientras que tres de ellos están relacionados con otro centro sanitario en la ciudad de Izmir, también en Turquía.

Todos fueron tratados con una técnica llamada BoNT intragástrica que consiste en inyectar toxina botulínica en el interior de la mucosa del estómago. Esta técnica no está avalada para su uso en la comunidad científica. Se usó hace diez años en algunos países pero la experiencia no fue positiva. Los pacientes no conseguían perder peso y, lo peor, fueron los efectos secundarios, por eso se abandonó.

El bótox es toxina botulínica, un veneno muy potente que paraliza los nervios. Esa virtud se aprovecha en medicina estética como tratamiento para reducir las arrugas. En medicina se utiliza también en muchas aplicaciones, como combatir la sudoración, las migrañas, la espasticidad o el estrabismo, el dolor... También como técnica de adelgazamiento, aunque su uso es menos común.

Para adelgazar se inyecta dentro del estómago buscando la rigidez de la mucosa estomacal y reducir el apetito. El problema de esta técnica es que la mucosa del estómago está muy vascularizada, hay muchos vasos sanguíneos y la toxina puede entrar directamente en el torrente sanguíneo causando botulismo. Esta podría ser una causa del brote o también la utilización de productos adulterados. El organismo que vela por la salud en Europa aún no tiene todos los datos.

Los síntomas de los afectados han variado de leves a severos y varios casos han necesitado ingresos hospitalarios, informa el ECDC. Entre los hospitalizados, varios necesitaron ingresar en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) donde recibieron tratamiento con antitoxina botulínica.

Se recomienda a las personas que hayan viajado a Estambul e Izmir para recibir tratamiento con BoNT intragástrica entre el 22 de febrero y el 1 de marzo de 2023 que busquen consejo médico, especialmente si experimentan síntomas como debilidad, dificultad para respirar o tragar.

El ECDC recomienda encarecidamente a los ciudadanos de la UE que eviten los tratamientos intragástricos con esta técnica en Turquía, por el riesgo de desarrollar botulismo, aunque aún no sabe si el brote está relacionado con la técnica o con el producto administrado.

Las autoridades sanitarias turcas aseguran que la toxina botulínica empleada eran productos autorizados, aunque reconocen que no están aprobados para el tratamiento de la obesidad. De momento, los hospitales turcos implicados han suspendido sus actividades y están bajo investigación.

Los síntomas del botulismo pueden ser muy graves y requieren la administración de antitoxina botulínica . El tratamiento es eficaz, pero la recuperación completa generalmente lleva de semanas a meses. Se dispone de información limitada que cuantifica la mortalidad en los casos de botulismo causados por intervenciones médicas. Para el botulismo transmitido por alimentos, 5 a 10% de los casos son fatales.

No es el primer problema sanitario vinculado a centros sanitarios turcos. Es el país donde más se está potenciando el turismo sanitario de bajo coste y donde las intervenciones no siempre tienen un final feliz. Primero fueron los injertos capilares, después la cirugía estética y ahora los tratamientos para adelgazar. El año pasado una joven sevillana de 17 años se quedó en la mesa de operaciones al desangrarse por la rotura del bazo mientras se sometía a una reducción de estómago para perder peso.