Inyectar bótox en el estómago, la intervención para adelgazar detrás del último brote de botulismo

Todos los casos detectados por el Centro para el Control de Enfermedades de Europa están vinculados a pacientes que viajaron a finales de febrero a Estambul (Turquía) para someterse a una cirugía para reducir peso. La intervención que ha desencadenado el botulismo consiste en inyectar toxina botulínica directamente dentro del estómago que no se recomienda en España.

«Se usó hace diez años pero la experiencia no fue positiva. Se vio que los pacientes no conseguían perder peso y, además, habían efectos secundarios importantes, por ese motivo no se utiliza en España», explica el experto. La inyección de toxina botulínica, lo que se conoce como bótox, es una técnica muy frecuente en la medicina estética para combatir las arrugas. La toxina, inyectada de forma intradérmica, bloquea determinadas señales químicas de los nervios, principalmente las señales que hacen que los músculos se contraigan, consiguiendo que temporalmente los faciales que causan arrugas en la frente y alrededor de los ojos se relajen.

Sin embargo, esta sustancia inyectada directamente en el estómago, presenta unos riesgos muy superiores. «Se pincha con el objetivo de conseguir rigidez en la mucosa del estómago, se quiere que se contraiga y eso cause un efecto de saciedad. Se usó hace años pensando que quitaba el apetito pero luego se vio que no lograba ese efecto», explica el especialista.

López-Nava advierte, sin embargo, de los riesgos que puede conllevar este procedimiento para los pacientes. «Se vio que las dosis eran incontrolables, no se sabía lo que se absorbía. Se iba pinchando hasta que se lograba la rigidez. Además, en la mucosa del estómago hay muchos vasos sanguíneos y se corre el riesgo de que la toxina entre directamente en el torrente sanguíneo, lo que supondría inyectar directamente la enfermedad. Esto podría ser una de las causas que expliquen los cuadros graves de botulismo».

El responsable de la Unidad de Endoscopia Bariátrica en el Hospital Universitario HM Sanchinarro subraya la necesidad de combatir la obesidad, un problema importante de salud que irá en aumento, con técnicas fáciles y accesibles pero validadas por la comunidad científica, ya que ofrecen seguridad porque las avalan estudios con resultados sólidos como, por ejemplo, las reducciones de estómago. «Es una técnica que ahora se hace con endoscopia. Es menos invasiva y segura. Dura 20 minutos y ofrece garantías y seguridad», afirma López-Nava.

Desconoce el tipo de reclamo que usan las clínicas que ofertan estas técnicas para atraer a los clientes. «Imagino que debe haber algún tipo de publicidad desde determinadas clínicas para ofertar el bótox intragástrico, lo desconozco, aunque España es un país con un nivel importante de especialización y prestigio en cirugía bariátrica y, que a mi me conste, no hay ningún equipo de prestigio que lo esté usando ni tampoco estudios sólidos sobre la validez de la técnica que estén publicados o en marcha».

«Desgraciadamente estamos muy acostumbrados a escuchar remedios milagrosos en una enfermedad de carácter epidémico y no debería ser así», concluye.