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Igualdad incluirá como violencia machista malas praxis en los partos

El enfado en los servicios de Ginecología es generalizado: se sienten criminalizados por la reforma que planifica el Gobierno para este año

Un niño viene al mundo en el paritorio del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) ÁNGEL DE ANTONIO
Érika Montañés

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Este año el Ministerio de Igualdad ha introducido dos conceptos ‘nuevos’ en nuestras vidas. Violencia vicaria , aprovechando el tirón del documental sobre Rocío Carrasco, aunque según los expertos, como Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, es la «violencia extendida ... de los años 90», ya conocida, que no es otra cosa que «la extensión del zarpazo machista» sobre la familia, hijos o hermanos de la víctima para amplificar su daño. Y, segundo concepto, violencia obstétrica . Con la reforma de la ley del Aborto que se planifica tener lista antes de 2022, se incluye como violencia de género la «sufrida por las mujeres durante la atención del embarazo, parto, puerperio o crianza en los centros de salud y hospitales», poniendo en el disparadero a obstetras y ginecólogos y su trato a la mujer en el alumbramiento. Así que la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) rechaza «por completo el término por inapropiado, tendencioso e injusto por su significado doloso, como intención de causar daño, ánimo de lesionar, empleo de fuerza, amenazas, tipificable penalmente».

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