César Nombela: «Las becas deben ir en función de la capacidad y no de las posibilidades económicas»
El rector de la Universidad Menéndez Pelayo considera «medidas razonables» elevar los niveles requeridos para el disfrute de una beca y para permanecer en la enseñanza universitaria
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) acogerá este lunes en el Paraninfo del Palacio de la Magdalena de Santander la inauguración oficial de sus tradicionales cursos de verano, con la asistencia del ministro de Educación, José Ignacio Wert, y la lección inaugural que pronunciará el Nobel de Química mexicano Mario Molina. El rector de esta histórica institución académica es el catedrático de Microbiología y antiguo presidente del CSIC César Nombela , que repasa con ABC no sólo las señas de identidad de la UIMP, sino el momento que atraviesa la universidad española.
—Con la proliferación de universidades de los últimos años, ¿cuál es el papel de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo hoy día?
—Es una universidad para la alta cultura, que fomenta la especialización y el intercambio en temas avanzados de ciencia, tecnología, ciencias sociales, etc. Se materializa en una universidad de 80 años de existencia, que representa mucho en la historia de España, porque la mayor parte de la élite cultural, científica y profesional ha pasado por la UIMP. También se materializa en una tarea de cursos avanzados que sigue siendo muy relevante. A pesar de que han surgido muchas otras versiones, especialmente de verano, la Menéndez Pelayo sigue teniendo un indiscutible liderazgo.
—¿Qué necesita a su juicio la universidad española?
—Una reforma universitaria. El Ministerio ha acometido ya la reforma de la Secundaria, pero debe acometer la universitaria también. Las universidades españolas tienen un personal motivado y capacitado que podría alcanzar mucho más nivel con otra organización. Hace falta una gestión mucho más basada en el rendimiento de cuentas y la obtención de resultados. Las universidades tienen que dar cuenta a la sociedad, no a sí mismas. Hay una situación endogámica del profesorado. El sistema universitario tiene que ser abierto y los resultados de la investigación tienen que contar más en la gestión. El documento que el Ministerio encargó a expertos es una buena guía para la reforma de la universidad.
—¿Deberían los rectores mejorar su gestión en lugar de reclamar más dinero?
—Entiendo que los rectores reclamen recursos, pero no todo es reclamar recursos, sino también emplearlos con eficacia según las necesidades de la sociedad y del mundo universitario.
—¿Pero no deberían ser capaces también ellos de generar más recursos?
—Los rectores tienen que ser capaces de competir. Necesitamos una universidad emprendedora, que sea capaz de ofrecer de manera más competitiva la formación que la sociedad necesita.
—¿Son mejorables los resultados en la investigación española?
—Sucede que muchos centros de investigación se han situado fuera de la universidad, que es su sitio natural, como el Instituto Carlos III. El CSIC, que está en la vanguardia de la producción científica, tiene en cambio un modelo mixto. La universidad tiene que ser el punto fundamental para los recursos científicos.
—¿Sobran universidades?
—Se han creado demasiadas, pero habría que matizar. Algunas comunidades han creado una sola, pero con múltiples campus. Esa proliferación no muy ordenada se está notando.
—¿La subida de tasas y la mayor exigencia en las becas puede dejar fuera a muchos estudiantes válidos?
—Creo que no. Ahora las matrículas cubren sólo el 20% del coste de la universidad, y el resto se paga con los impuestos de todos. ¿Por qué los impuestos de cualquiera tienen que financiar a las familias más acomodadas para que estudien? Las universidades públicas tienen que adaptar su estructura de costes para que no pague todo el mundo igual, sino en función de las posibilidades. Aquí hay un elemento esencial, que es la política de becas, que tiene que asegurar el estudio en función de la capacidad y no de las posibilidades económicas de las familias.
—¿Comparte usted las últimas reformas del Ministerio de Educación?
—El proyecto del Gobierno de mejorar la educación es una necesidad, basta con ver los resultados que obtienen nuestros estudiantes en las evaluaciones internacionales, así como los índices de fracaso escolar. El proyecto reformista no puede prescindir de implantar una profunda modificación del sistema, que incluya tanto las exigencias de mayor esfuerzo, como unos procedimientos que fomenten esa cultura. En esa línea, elevar los niveles requeridos para disfrute de becas y permanencia en la enseñanza universitaria son medidas razonables. Naturalmente, siempre que se incentive también a los docentes de todos los niveles, reforzando su libertad para actuar, sin condicionantes que no sean los de la actividad educativa, al tiempo que reclamando rendición de cuentas.
—Como ex presidente del CSIC, ¿cómo asiste a los recortes en investigación?
—Estamos en un momento dificil, esperando remontar. En la última legislatura de Zapatero disminuyó tanto el global de la financiación de la investigación como el porcentaje respecto al PIB. Corregir esa tendencia es fundamental.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete