El triste adiós de las salesianas en Utrera

Como legado queda el colegio de El Divino Salvador , que durante todo este tiempo ha acogido a muchas generaciones de utreranos, que seguirá funcionando, pero ya sin la presencia de estas religiosas que le imprimían un carácter muy especial.

Al igual que ha ocurrido en otras ocasiones con diferentes congregaciones y comunidades religiosas, la acuciante falta de vocaciones es la razón por la que las salesianas se marchan de Utrera . Está teniendo lugar una reordenación a nivel provincial y en este caso le ha tocado a Utrera, en un colegio que tiene asegurada su continuidad, pero que obviamente está viviendo con pena un verano donde las religiosas han hecho las maletas para marcharse de manera definitiva de la que ha sido su casa desde 1962.

Cristina Fumero ha sido la última madre superiora de la comunidad, quien ha asegurado que «nunca pensé que me tocaría llevar a cabo algo así», afirma esta religiosa, aunque también pone de manifiesto las «muy buenas manos» en las que se queda la Casa.

Y es que la falta de vocaciones obliga a acometer «un proceso de redimensión de las comunidades» , como explica la propia Fumero, quien reconoce el «dolor» que le produce esta situación. La superiora ha explicado que, a pesar de la marcha de Utrera, han llevado a cabo un importante trabajo para que la continuidad del colegio esté asegurada y con un carácter lo más parecido posible a al que ha demostrado a lo largo de las últimas décadas: «Se lleva un par de años estudiando las características de esta comunidad educativa y queda de manifiesto que el carisma salesiano lo tienen muy asimilado los profesores, por lo que ellos mismos van a seguir inculcándolo», comenta la superiora.

El utrerano Luis Carlos López-Lacarra va a ser el encargado de asumir la nueva dirección de este centro, quien ha explicado que «tenemos la certeza de que María Auxiliadora se pasea por esta Casa, y aquí sigue un equipo directivo muy carismático, que nos va a permitir que el ritmo pastoral y el colegio vayan a seguir igual».

El director asume la pena que siente al tener que despedir a esta comunidad religiosa , y ha afirmado que «las hermanas son insustituibles. Son las que verdaderamente encarnan, en primera persona, el carisma salesiano. Ellas ejercen una tarea de acompañamiento no solo pastoral y catequético, sino una importante labor oracional y evangelizadora». Para hacer frente al nuevo escenario, «contamos con el apoyo de los Salesianos, que no están ayudando mucho; y del párroco. Todo ello nos genera mucha confianza».

En el mes de febrero de 1962 comenzaba a escribirse la historia de las Hijas de María Auxiliadora en Utrera , que con la ayuda del matrimonio formado por Salvador Guardiola y María Luisa Domínguez, fundaron el colegio en la calle Menéndez Pelayo, una ubicación que con el paso del tiempo llegaría incluso a conocerse como «la cuesta de las salesianas».

Del local original, poco a poco el colegio fue creciendo y la comunidad llegó a estar compuesta hasta por una quincena de hermanas, comenzando inicialmente con clases nocturnas y una escuela de arte y oficios. El primer día de clase acudieron 87 niñas, una cifra que había aumentado hasta las 147 sólo una semana después, lo que da la medida del rápido aumento de la popularidad del centro.

Casi seis décadas después y tras pasar 17 directoras por el centro , en el curso 2021-2022 el colegio tendrá que afrontar una nueva etapa de su historia, ya en este caso sin la compañía de las queridas religiosas.