Arahal

«No hay dinero en este mundo para pagar que mi hijo me haya visto en el suelo con grilletes puestos»

Un empresario de Arahal ha vivido la traumática experiencia de que la Guardia Civil confundiera su vivienda en un registro contra el tráfico de drogas dentro de una operación internacional que se llevó a cabo en tres provincias

Un momento de la operación contra el tráfico internacional de droga del pasado viernes ABC

Carmen González

La madrugada del 11 de febrero de 2021 es una fecha que quedará grabada en la memoria del empresario arahalense Juan Francisco Rosado García mientras viva. La Guardia Civil entró en su domicilio a las cinco de la madrugada, después de derribar ... la puerta con un ariete, lo tiró al suelo, lo engrilletó, todo delante de su mujer embarazada y dos menores de 6 y 8 años. Tenían orden de registro por la sospecha de tráfico de droga, pero se habían equivocado de vivienda. Ahora, este vecino de la localidad ha puesto una denuncia ante la Policía Local contra la actuación de la Benemérita y los demandará por los daños causados, no sólo físicos sino morales.

Juan Francisco Rosado es informático, lleva 17 años trabajando en su propia empresa. Es una persona discreta y familiar. Desde este jueves está sufriendo por una equivocación que ha tenido para él consecuencias físicas, pero las más «terribles» son las que pueden producir en sus dos hijos. «No hay dinero en este mundo para pagar que mi hijo me haya visto en el suelo con unos grilletes ».

Y relata la experiencia vivida desde que su mujer y él salieron de la cama, a las 5 de la madrugada del jueves, porque «oímos fuertes golpes» . Vive en Arahal en una unidad familiar, con piso independiente. Lo primero que pensaron es que estaban robando en su tienda de informática que está debajo de la vivienda. « Grité a mi mujer para que llamara a la Policía y para que se fuera al cuarto con los niños». Mientras, él se dirigió asustado a la puerta principal del piso donde vive, «abrí una rajita y lo siguiente que recuerdo es que estaba en el suelo con los grilletes puestos ».

Los agentes de la Guardia Civil que participaban en una operación internacional contra el tráfico de droga localizada en tres provincias Sevilla, Málaga y Cádiz, lo habían tirado al suelo e inmovilizado. Mientras, su mujer, embarazada, con una ataque de nervios gritaba el nombre y apellidos del marido e insistía en que eran «trabajadores, autónomos» . Al oír el nombre del marido, los agentes comprobaron en la documentación que traían que no correspondía al nombre de la persona que buscaban. Se había equivocado de vivienda. Venían con una orden pero para registrar una vivienda vecina.

Entonces lo levantaron del suelo y pidieron el DNI para identificarlo, pero «ya uno de los agentes dijo que desde que entró en el piso se dio cuenta de que se había equivocado de vivienda». « A mi mujer la agarraron de los brazos y yo les decía que estaba embarazada, sufría porque pensaba que la iba a tirar también al suelo», cuenta el empresario.

Juan Francisco ha ido al centro de salud de Arahal para que atendieran las lesiones provocadas por el golpe. «Tengo un trauma en la cabeza y la ciática provocada por el golpe”, así figura en el informe médico. Pero lo que más le preocupa es el susto que se llevaron sus hijos y el daño moral que han provocado porque «a las 12 de la mañana para la gente del pueblo era un narcotraficante».

Para Juan Francisco «no hay dinero que pague que mis hijos y mi mujer me hayan visto en el suelo con grilletes puestos, como si fuera un delincuente». Cuando se dieron cuenta de la equivocación, él mismo los invitó a realizar un registro en el piso, en el coche o dónde quisieran. «Me contestaron que no podían hacerlo allí porque no tenían orden para este domicilios ya que se habían equivocado de vivienda».

Con desesperación, Juan Francisco Rosado dice que «jamás en mi vida he pensado que me iba a ver en una situación parecida. Soy un trabajador de una familia normal y corriente para pasar por esto». Y se pregunta cómo es posible que «después de tanta investigación se hayan confundido de vivienda».

«Les pregunté quién me arreglaba la puerta de entrada, que ha quedado destrozada. Y me contestaron que el Ministerio de Justicia». Desde el pasado viernes se enfrenta a los comentarios de los vecinos del pueblo porque su honor y su imagen han quedado muy dañados «y tengo una empresa de cara al público que es de lo que vivo». Por eso se pregunta cómo van a resarcir estos daños que son los de verdad importantes y «¿cómo quitar de la mente de mi hijo la imagen de su padre tratado como un delincuente?» .

En el perfil de la red social Facebook de su empresa pusieron el pasado sábado un comunicado para explicar a la clientela lo sucedido, y han tenido que eliminarlo por no poder contestar la cantidad de mensajes de apoyo. Juan Francisco Rosado está considerado como un empresario de prestigio «formal», así lo expresaban los vecinos de la localidad.

De momento, ha presentado la denuncia en la Policía Local de Arahal con el relato de los hechos. Y el despacho que lo representa, Troncoso Gordon & Aristides iniciará las acciones legales que correspondan a Derecho . Pero sabe que no hay nada que borre de su memoria esta traumática experiencia.

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