Abanca busca una inversor para acabar el macrogeriátrico de Carmona, paralizado desde 2008

El edificio, ahora abandonado, tiene capacidad para 500 personas y consta de 316 unidades habitaciones distribuidas en un edificio central de tres platas y en viviendas adosadas. El macrogeriático, que iba a ser el mayor de Andalucía, contempla zonas áreas de recreo, deportivas, piscina, iglesia e incluso un ambulatorio.

La administración concursal de la cooperativa Jardín de la Merced contrató en su día a cuatro guardas para vigilar durante 24 horas del día los 70.000 metros cuadrados donde se encuentra el macrogeriátrico. Cuando se agotó el dinero, la entidad bancaria que financió el proyecto contrató a un guardia, claramente insuficiente para vigilar 7 hectáreas. En 2015, el macrogeriátrico Terramagna fue víctima del vandalismo, ya que robaron numerosos compresores de aparatos de aire acondicionados, sanitarios e hilos de cobre, y reventaron las puertas de las habitaciones, entre otras cosas, deteriorando así el inmueble. Las primeras estimaciones cifraban en unos 700.000 euros (casi 120 millones de las antiguas pesetas) los daños provocados por el vandalismo en este geriátrico, cuyas obras están ejecutadas en un 85%.

En 2013 el J uzgado Mercantil 1 de Sevilla sacó a subasta el geriátrico por 39,7 millones de euros . Una filial de NovaCaixaGalicia -hoy integrada en Abanca- ofreció 10 millones por el inmueble, el 25,16% del precio de tasación. Finalmente, el Juzgado Mercantil remató la subasta y la adjudicó a una empresa de NovaCaixaGalicia, que había concedido a la cooperativa Jardín de la Merced un crédito de 24 millones de euros, el 48% de los 50 millones en que se presupuestó el proyecto. Cuando la entidad bancaria congeló por impago la póliza de crédito ya se había consumido 22 millones de euros.

Cuando se inició la construcción, el complejo geriátrico tenía cien socios que habían comprado 120 unidades (estudios, apartamentos y villas), lo que ha supuesto aportaciones de los cooperativistas por más de 6 millones de euros. Cada socio había aportado entre el 30 y el 40% del precio de cada unidad, que ronda entre los 50.000 y los 60.000 euros. Entre esos socios había personas de avanzada edad que habían hipotecado sus casas con la intención de irse a vivir a ese geriátrico, con lo que el concurso de acreedores supuso para ellos un mazazo.

Medio centenar de cooperativistas que invirtieron seis millones de euros en el geriátrico han presentado demandas civiles para recuperar el dinero. Las demandas se han presentado en 2017 después de que v arias sentencias del Tribunal Supremo determinaran que Caixa Galicia, como financiador de construcción, debió contrar un seguro para responder de esos fondos, en caso de que se produjeran situaciones de este tipo.

En 2013, cuadro fondos de inversión se interesaron por el macrogeriátrico, así como el grupo El Castillo se han reunido con cooperativistas de Terramagna. Entonces se dijo que la viabilidad del proyecto pasaría porque la Junta concertase plazas en este macrogeriático, razón por la cual se contactó incluso con la Consejería de Igualdad y Bienestar Social para alcanzar un acuerdo.

Jorge Díaz del Río, administrador concursal de la cooperativa Jardín de la Merced , ha declarado a ABC que en los últimos años se le han propuesto a NovaCaixaGalicia más de una decena de proyectos para reactivar el geriátrico por parte de distintas empresas, sin que la entidad financiera aceptara ninguno.