Una excavación como aula abierta de arqueología en Carmona

Este trozo de suelos situado en la Plaza Julián Besteiro ya ha sacado a la luz estructuras hidráulicas de una edificación romana, rellenos de época islámica, casas mudéjares y restos del desaparecido convento de San José del siglo XVII que fue derribado para abrir la plaza. Pero aún quedan secretos por descubrir, páginas de historia por desentrañar. En la campaña que ahora comienza además de escavar, la tarea se centrará en hacer un seguimiento a los movimientos de tierra necesarios para continuar con la reforma del entorno y la limpieza de los restos exhumados anteriormente. Todo ello quedará además documentado en esta fase, según explica el director del Museo de la Ciudad de Carmona, Ricardo Lineros.

La excavación de este solar tiene además un valor añadido más para la sede de la Olavide en Carmona. La idea, a expensas del presupuesto que pueda hacerla posible, es destinar esta zona a la construcción de una residencia de estudiantes que funcione en paralelo al edificio en el que se imparte la formación de los cursos de verano y en el que cada vez se incrementan las actividades que se desarrollan a lo largo del año. Para cuando este proyecto sea posible la excavación correspondiente se habrá llevado a cabo mediante estas campañas formativas. Entonces será posible acometer una construcción que integre los restos y permita disfrutar de ellos.

La excavación que se desarrolla estos días y que dirigen los arqueólogos Ricardo Lineros y Juan Manuel Román se extenderá hasta el 28 de agosto. La programación de trabajo prevé sesiones teóricas y prácticas, así como la visita a los principales monumentos históricos y patrimoniales de la ciudad.

Lineros considera que este curso supone «la oportunidad de adquirir práctica y aplicar en un escenario real los conocimientos teóricos adquiridos en la universidad ». Por otro lado, el alumno puede «aprovechar la transferencia de conocimiento y experiencia» del equipo de Arqueología del Ayuntamiento de Carmona, «no sólo en los aspectos técnicos sino también en todo lo relativo a la gestión del patrimonio arqueológico e histórico a nivel local», añade.

Los alumnos podrán participar en todos los trabajos que corresponden a un arqueólogo a pie de obra . Entre sus tareas estarán el reconocimiento e interpretación de la estratigrafía del yacimiento y tendrán que aplicar las técnicas auxiliares de dibujo, fotografía, topografía o levantamiento de planos, explica el arqueólogo municipal. Los trabajos de campo se completarán con sesiones dedicadas a la gestión y administración del patrimonio arqueológico y al trabajo de laboratorio de clasificación y catalogación de cerámicas y restos óseos.

Lineros considera que esta iniciativa incide en el papel que debe ejercer en la actualidad el profesional de la arqueología y que debe estar vinculado a «una arqueología pública, ligada sobre todo a la administración local que permita desarrollar todo el potencial que tienen la arqueología y el patrimonio histórico como recurso». Se trata, explica, de «hacer útil» el patrimonio arqueológico e histórico al conjunto de las demandas actuales de la sociedad