Un festivo para disfrutar en familia en la Feria de Sevilla

El calor, en las primeras horas y especialmente a la hora del almuerzo, hizo estragos y retuvo a muchos hasta que la tarde comenzó a avanzar y con ella se dejara notar el frescor. A otros, los más jóvenes, los retuvo a buen seguro al menos a muchos de ellos, el merecido descanso tras la larga noche del día anterior. Pero a las primeras horas de la tarde la Feria comenzó a ponerse hasta la bandera y volver a registrar un lleno (o casi) como el del día anterior.

Como la víspera del miércoles, los jinetes, las amazonas y los enganches tomaron el protagonismo, sucediéndose excelentes ejemplares y espléndidos coches de caballos, algunos de los cuales, que remitían a estampas de otra época. En Pineda se pudieron ver numerosos enganches, así como jinetes y amazonas, muchos de ellos familia entre los que se contaban hermanos y primos, así como un buen grupo de amigos.

Y, al igual que en la jornada del martes, se vieron por el real menos trajes de gitana, por eso del calor, optando muchas mujeres por estilos más cómodos sin perder elegancia. Lo que no restó colorido a la cita. La excepción en este apartado la pusieron las más pequeñas que no iban a renunciar a sus trajes de gitana en un día tan familiar en las casetas.

En consecuencia con el día festivo, lo que más predominaron en las casetas fueron las reuniones y las comidas en familia. En la calle Gitanillo de Triana, por ejemplo, se dio cita en una caseta la familia Parias Fernández de Heredia, que reunió en torno a varias mesas a abuelos, amigos y nietos.

Comidas familiares también eran la tónica en Pineda o en la calle Joselito el Gallo 96, donde se dio cita la familia Moya Yoldi. Sin olvidar la que disfrutó en otra caseta la familia Rodríguez Guitart Iriarte.

La excepción a estas reuniones familiares fue un ágape empresarial, el que organizó en Juan Belmonte 172 el Grupo Ibercaja Banca Privada, pues en la Feria de Abril siempre es buen momento para reunirse para disfrutar por el motivo que sea.

Y motivos tuvieron los numerosos jóvenes que al poco de comenzar la tarde a dar tregua llegaron al real con las primeras brisas de la tarde para disfrutar de otra noche hasta que el cuerpo aguante o la conciencia de tener que madrugar pueda más que las ganas de fiesta.

A esa hora ya se iban marchando de las calles los verdaderos protagonistas de la jornada, esas familias para las que la Feria de Abril es una manera de entender la gracia que pasa de generación en generación.