El director general de EasyJet para el sur de Europa: «Cada vez dependemos menos del mercado británico»

—¿Por qué crean una base en el aeropuerto de Málaga?

—Es un destino que conocemos mucho y estaba ya bien conectado. Ahora esto nos permite conectarlo mejor. Ahora lo podemos conectar con lugares donde no tenemos otra base. El primer ejemplo es la ruta de Birmingham. Antes no podríamos haber hecho ese vuelo, pero ahora al estar los aviones en Málaga podemos abrir la ruta. Nos va a permitir conectar mejor la Costa del Sol con el resto de Europa.

—¿Ha llegado la recuperación?

—De una forma muy lenta. En los cuatro primeros meses de 2021 apenas han volado el 17% de los pasajeros que lo hicieron en esos meses en 2019, pero es el comienzo. Todo el mundo coincide que hasta 2023 o 2024 no se va a llegar a los niveles de tráfico previos a la pandemia.

—¿Ya no hay marcha atrás?

—Depende de las decisiones de otros gobiernos, sobre todo el británico. Esperamos que no nos pase lo que el verano pasado, que en julio y agosto iba todo hacia arriba y luego llegaron las decisiones de cierre de Gran Bretaña y Alemania y todo se desplomó. Ahora los ritmos de vacunación han alcanzado velocidad de crucero y a ello se une que se han facilitado los viajes. La PCR limitaba bastante. Una familia de cuatro miembros era 800 euros ida y vuelta. Ahora se ha dado un paso con el test de antígenos, el certificado de vacunación con pauta completa o haberte recuperado del coronavirus. Es todo más sencillo. Pero es imposible saber cuánto vamos a volar este año.

—¿Cuál es la importancia de Andalucía para mejorar los datos?

—Llevamos desde 1999 volando a Andalucía, en concreto a Málaga, pero también a Sevilla y Almería. Hasta antes de la pandemia también a Granada. Es un destino muy consolidado, especialmente Málaga y la Costa del Sol con 2,5 millones de pasajeros en 2019. Era el aeropuerto con más tráfico de la red de EasyJet donde no había una base. Crearla es un paso natural, que nos va a permitir seguir con un desarrollo que lleva ya 22 años y en el que han volado 36 millones de personas.

—¿Qué peso tiene el cliente británico?

—El 50% de nuestro tráfico toca Reino Unido, pero la otra mitad no. De hecho, cada vez más está creciendo más el otro. Inicialmente era una aerolínea británica, pero la hemos diversificado mucho y somos ahora una compañía paneuropea. El británico es el primero en origen, pero desde Suiza (Ginebra y Basilea) hay mucho tráfico con Andalucía, igual que desde Alemania, Francia y ahora desde Holanda. Cada vez dependemos menos del tráfico británico.

—¿Se puede aplicar esa diversificación del cliente a Andalucía?

—El destino está donde está. Necesita una evolución para no depender de un único tráfico y tener más robustez. Debe ser atractivo y ser conocido en toda Europa y el mundo. Así más gente querrá venir. Si quieren venir pondremos vuelos para atender al a demanda. Pero es un destino con un peso tradicional de británicos, con segunda residencia, que se jubilan aquí… Es difícil cambiar una historia de éxito de tanto tiempo entre la Costa del Sol y el británico.

—¿En su caso está cambiando?

—Hace 20 años todas nuestras bases estaban en Reino Unido, pero luego abrimos Berlín, París, Milán, Madrid… Es parte de una transición en la que EasyJet lleva bastante tiempo. Si vuelas más dentro de Europa, habrá más pasajeros europeos.

—¿EasyJet ha acabado con su crisis?

—No volamos, ni ingresamos nada, desde el 1 de abril hasta mediados de junio, cancelando vuelos y devolviendo dinero a los clientes. Estuvimos con ingresos cero y hacer frente al 30 por ciento de los costes, pero hemos conseguido generar 5.000 millones de libras de tesorería adicional con ayudas, ampliación de capital y créditos.