La Fundación Cajasol peleará por Torre Sevilla para que la propiedad se quede en la ciudad
Antonio Pulido presentará la semana que viene una oferta formal para pujar por el conjunto de la Cartuja
La Fundación Cajasol también quiere comprar Torre Sevilla
Antonio Pulido junto al arquitecto César Pelli durante la presentación del proyecto
La Fundación Cajasol está decidida a formalizar una oferta de compra por Torre Sevilla por los valores que se manejan, situados entre los 135 y los 150 millones de euros. El montante sería asumible para la institución que aspira a que la propiedad se quede ... en manos de un inversor local y no un fondo extranjero, según ha podido saber ABC de fuentes cercanas a la entidad.
El presidente, Antonio Pulido, es el que ha comunicado la decisión a la dirección de CaixaBank y la próxima semana entregará su propuesta. Así se lo habría transmitido también al Ayuntamiento de Sevilla y a la Junta de Andalucía para que sean conocedores de este movimiento. Hasta el momento las dos opciones que han trascendido son las de Cajasol y la de la gestora Argis, capitaneada por dos ejecutivos argentinos y con capital israelí que ya han firmado operaciones de gran nivel en España. La más conocida fue la adquisición de la sede central de BBVA en Bilbao en 2022 por 150 millones de euros.
Fuentes del mercado aseguran a ABC que sobre la mesa hay más ofertas, pues esta operación está en el radar de varios fondos de inversión, inmobiliarias y promotores de centros comerciales que miran con lupa el cuaderno de ventas de este activo y analizan su rentabilidad. Para Pulido esta oportunidad es una manera de cerrar una cuenta pendiente desde hace casi veinte años. Se da la circunstancia de que el directivo fue el impulsor del proyecto durante su etapa al frente de Cajasol y, posteriormente de Banca Cívica. Contra todo pronóstico, convenció al equipo de Gobierno del momento, entonces presidido por el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín y, ya en construción logró esquivar las fuertes reticencias del popular Juan Ignacio Zoido, que se había mostrado contrario a la torre y que terminó defendiéndola ante la Unesco que había amenazado con retirar a la ciudad el sello de Patrimonio de la Humanidad por el impacto visual del rascacielos.
Soltar lastre inmobiliario
La crisis financiera de 2012, que hundió el modelo de las cajas de ahorros, dejó el proyecto en manos de la Caixa tras la absorción de Banca Cívica. El banco catalán decidió continuar con las obras y la inauguró en 2015 tras una inversión de 325 millones de euros para levantar el rascacielos, el centro comercial y CaixaForum, que ahora queda fuera del paquete. Ese montante se eleva a 340 cuando se añade el parque Magallanes, de uso público que diseñó el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.
Este medio ha intentado recabar la opinión de CaixaBank sobre la evolución del proceso y el montante de salida de este activo, pero la entidad ha declinado hacer declaraciones al estar sujeta a unas cláusulas de confidencialidad. Sí admiten que «Torre Sevilla siempre ha sido un activo 'no core' porque el inmobiliario no es un negocio estratégico para nosotros».
Desde la crisis inmobiliaria de 2008 CaixaBank ha ido soltando lastres con la venta de propiedades residenciales y terciarias. La última operación de este tipo que se llevó a cabo en Andalucía fue la venta a la Junta del edificio Cubo de Granada hace justo un año por 21 millones de euros. Este inmueble fue la sede principal de Caja Granada y pasó a manos del grupo que preside Tomás Muniesa en 2012 tras la fusión con Banca Cívica. Actualmente la Consejería de Justicia, que es su actual propietaria, adapta allí los juzgados de la ciudad.
Lo de Torre Sevilla fue parecido, no recibió el rascacielos operando, pero sí la obligación con la capital andaluza de terminar las obras y darle uso. Una vez cumplido el ciclo y con el suficiente apetito en el mercado por los activos terciarios hasta garantizar una buena revalorización, la entidad habría puesto a la venta todo el conjunto, incluyendo la obligación de mantenimiento y conservación del parque Magallanes que fue la última fase del conjunto que abrió al público. Este espacio también empieza a ser productivo, pues viene albergando distintos eventos gastronómicos y culturales.
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