El Astillero de Sevilla quiere abrir un varadero para yates
La vieja atarazana hispalense está saliendo a flote después de casi hundirse en la ruina hace una década. Capital británico respalda a Astilleros Guadalquivir, la empresa concesionaria que quiere 'reconstruir su reputación'
El gran proyecto solar de la Zona Franca del Puerto de Sevilla aún no ha pedido ni el suelo
Hito histórico en Astilleros de Sevilla
Sevilla
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Iniciar sesiónEl Astillero sevillano 'murió' hace diez años y hoy nadie lo reconoce en el mercado. ¿Un astillero fluvial, lejos de la costa? Muy pocos recuerdan su esplendor. «El río no es un contratiempo, los barcos pueden subir sin dificultad», replica el nuevo equipo ... directivo que está ahora dedicado a la tarea de «dar visibilidad» y a «reconstruir la reputación» de esta industria histórica sevillana para que sea «un referente en el Sur de España en reparaciones de barcos». Este es el nuevo enfoque de negocio de Astilleros del Guadalquivir, la empresa concesionaria de la atarazana del Puerto de Sevilla desde hace cinco años, que acaba de renovar por otro quinquenio.
Un grupo inversor británico, «con larga experiencia en el sector naval y en la adquisición de propiedades», que rehúsa desvelar su identidad corporativa, es el actual propietario del Astillero hispalense, localizado en la margen derecha del río. Su desembarco en Sevilla en 2017 se produjo a través de la naviera eslovena Pulchra Mare, que hasta el año pasado era la empresa que gestionaba todas las inversiones en 'shipping' del grupo británico.
Astilleros del Guadalquivir estaba al borde de la quiebra cuando tomó el control el nuevo inversor, que compró la factoría al empresario gallego Urbano Alonso, dueño a su vez del astillero Contsa de Huelva. «Cuando llegamos nos encontramos un astillero desguazado, no había ni luz eléctrica. Esto era un cementerio, la situación era crítica», explica Robert Kitley, director gerente de la empresa concesionaria. «Salvar el astillero fue nuestro primer objetivo», señala este británico, que lidera un equipo directivo reforzado en los últimos años con Pablo de Celis, como responsable comercial, y Joel Guarreiro, en Operaciones; profesionales con larga experiencia en el sector en España y Portugal, respectivamente.
«Necesitamos dos años para estabilizar el negocio y mejorar el astillero solo para instalaciones mínimas, por ejemplo, la nueva provisión de electricidad» detalla Kitley. La empresa logró la primera ganancia en 2019, pero la pandemia truncó el rumbo y durante 18 meses la atarazana perdió terreno. «Gracias al apoyo de los propietarios y del Gobierno español la gerencia pudo mantener el negocio en marcha», subraya el directivo. La empresa contó con fondos Covid para sostener la actividad y el astillero permaneció abierto sin interrupción durante todo el tiempo.
Evolución del negocio
Desde otoño de 2021, la atarazana ha estado continuamente ocupada y prevé volver a obtener ganancias en el presente ejercicio tras dos años fallidos, 2020 y 2021, debido a la crisis de la pandemia. La facturación en 2022 puede alcanzar los 5 millones de euros, por encima de las previsiones iniciales. Es casi el doble que la cifra de negocio lograda en 2021 (2,7 millones) y está muy por encima de los 3,1 millones ingresados en 2019.
«Las perspectivas para finales de año y 2023 son optimistas. Estamos consiguiendo una nueva clientela de barcos petroleros y quimiqueros, más sofisticados, que crean una mejor reputación al astillero y generan mayor facturación», destaca Pablo de Celis.
Robert Kitley apunta que los dueños de Astilleros Guadalquivir han realizado «una inversión significativa» desde 2017, de en torno a 3 millones de euros, y prevén nuevos desembolsos. «Los propietarios no han retirado ni retirarán dividendos. El plan es reinvertir en el negocio y generar valor», subraya el director gerente. Las inversiones se destinarán a un nuevo taller, incluyendo maquinaria y equipos, a mejorar el suministro de agua dulce para el barco del cliente y la sala de bombas, a una nueva solución de grúa y a implantar sistemas de TI (Tecnologías de la Información).
Ampliación de la atarazana
Desde la llegada del nuevo inversor, por el dique seco y el muelle del Astillero han pasado 75 barcos para ser reparados o someterse a labores de mantenimiento (cada cinco años, los barcos, por normativa, están obligados a pasar por dique y superar esta especie de ITV). La concesionaria, con el impulso que le ha dado su nuevo equipo directivo, está explorando las posibilidades de ampliación de la atarazana para poder aumentar sus facturación.
Por la empresa naval, que ha enfocado el negocio a reparaciones, han pasado 75 barcos, el último «Greta» de bandera finalandesa
Abrir un varadero para yates, aprovechando el atractivo turístico de Sevilla, es uno de sus proyectos más novedosos. Se trataría de un varadero cubierto, para proteger los barcos de ocio, segregado de la zona industrial, que podría acoger entre uno o dos buques al mes, dependiendo de la eslora. La compañía va a hacer un estudio de viabilidad para reconstruir el varadero antiguo, que quedó devastado y solo conserva la rampa. Reactivarlo para yates y establecer un sistema de 'synchrolift' para levantar embarcaciones, que permita realizar las tareas de mantenimiento fuera del agua, son otros proyectos del astillero para ganar capacidad y negocio.
Otras oportunidades de crecimiento que estudia la empresa son ampliar el número de reparaciones en muelle (actualmente, la inmensa mayoría se realizan en el dique seco, que solo puede acoger uno o dos barcos al mes); ofrecer servicios en distintos puertos de España, el Norte de África y Portugal; y colaborar con otros astilleros en las reparaciones o en la construcción de estructuras mediante acuerdos comerciales.
Zona Franca
En este plan de crecimiento, la concesionaria también ha solicitado su integración en la Zona Franca del Puerto de Sevilla para poder acogerse a las ventajas fiscales que proporciona a las empresas instaladas en este espacio, y prevé unirse a este recinto antes de que termine este año.
Entretanto, Astilleros de Guadalquivir ha tenido, por primera vez, estand propio en la SMM de Hamburgo, la feria empresarial líder del mundo en economía marítima, que se ha celebrado hace apenas dos semanas. El equipo directivo esgrimió ante los armadores en este certamen el atractivo de Sevilla y sus históricas instalaciones navales para atraer nuevos barcos a la dársena del Guadalquivir.
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