Andalucía aún se mantiene lejos de la recesión, según el Observatorio Económico

Ambos economistas han presentado el informe en la sede de la Cámara de Comercio de Sevilla el último informe de coyuntura, correspondiente al segundo trimestre de 2022, que ha elaborado el OEA y el avance de previsiones para este año y el próximo, durante un encuentro en el que también ha participado Francisco Herrero, presidente de la Fundación Cámara, institución que colabora en esta publicación periódica.

Según estas estimaciones, tras dos primeros trimestres del año positivos, en la segunda mitad del año «se va a producir una desaceleración del crecimiento económico en Andalucía» que dejará el PIB anual en un 3,8% de avance, dos décimas menos que la anterior previsión presentada por el OEA. Ya para el siguiente año 2023 la previsión se acorta hasta el 2% considerando los factores de incertidumbre que azotan a la economía global (guerra de Ucrania, inflación de precios energéticos, dificultades en las cadenas de suministros y tensiones geopolíticas, principalmente).

El crecimiento andaluz estará unas décimas por debajo del 4% de crecimiento que todos los servicios de estudios apuntan para la economía española , un diferencial que se explica por la mayor dependencia del consumo de la economía regional, que se está contrayendo, la peor evolución de la balanza comercial andaluza, muy condicionada por los precios energéticos, la mayor debilidad del mercado laboral regional; y el mayor crecimiento de otras comunidades turísticas, como Baleares y Canarias, que elevan la media nacional, apuntaron los expertos.

Sin embargo, Ferraro ha subrayado que «nadie está hablando todavía de recesión». No obstante, ha señalado que «podrían producirse crecimientos negativos en algún trimestre próximo» y ha recordado que con dos trimestres seguidos en rojo se habla técnicamente de recesión.

En todo caso, ha recalcado: «No es previsible una gran recesión. Nadie prevé que vayamos a tener una crisis del tipo de la que tuvimos en 2009 y años siguientes y nada parecido a lo que ha ocurrido con el Covid. Evidentemente, estamos en un tiempo de dificultad y ajustes, pero entendámoslo moderadamente porque nadie habla de que vayamos a entrar en una grave crisis«. Así, se ha mostrado «moderadamente optimista» sobre el futuro y se ha desmarcado de los pronósticos catastrofistas que se alimentan de informaciones para generar «malestar» que contribuyen a «atizar el mundo de la política y las redes sociales, ha comentado.