«Presente», el viaje por la vida de Antonio Ruz, en el Central

Dice Antonio Ruz que llevaba mucho tiempo queriendo hablar del tiempo, «como concepto abstracto y ambiguo, y cómo abordarlo. Llevaba trabajando este tema desde los sentidos, es una idea filosófica y sensorial del tiempo. Durante el proceso, el músico Bruno Dozza me habló del texto de Paul Valery sobre la filosofía de la Danza que habla mucho del tiempo, que habla del instante. Para mí es una obra en la que hablo también de nuestro tiempo, de nuestro presente, el que estamos viviendo cada uno».

Cinco bailarines componen la compañía, algo no habitual en el momento actual donde abundan los dúos y tríos, por una evidente cuestión de presupuesto. «Creo que están muy bien los dúos y tríos, pero tenía ganas de crecer, y además cada proyecto me lleva a una pieza diferente. En esta obra necesitaba un grupo, un colectivo. Y se da la circunstancia de que además, los bailarines son de tres generaciones diferentes . Es un detalle a tener en cuenta. No es lo mismo el presente de un joven de veinticinco años con un cuerpo sin lesiones aparentes y con todo ese entusiasmo físico, que una bailarina con cuarenta y cinco con toda sus experiencias y su mochila física y emocional. Ese contraste es importante para hablar del paso del tiempos».

También esta obra es la primera colaboración que realiza con el compositor Bruno Dozza, «viene de la música contemporánea y se ha arriesgado un poco más hacia la música electroacústica».

Para Antonio Ruz esta obra supone una evolución, «creo que sí. Antes de «Electra» hice «Double Bach» con Pablo Martín Caminero, y ahí entré en un universo abstracto, muy depurado, un retorno a la sencillez, al cuerpo, a la música y al espacio. En «Presente» no hay texto ni discurso teatral, pero sí la hay en los cuerpos que se ponen al servicio de una idea y son muy expresivos. Hay visceralidad en la obra. Hay humor, ternura, violencia, ironía».

Tras su reciente Premio Nacional de Danza el pasado año, confiesa que este reconocimiento, «me ha dado un momento de respiro, de tranquilidad. El día a día sigue, y las preocupaciones, pero hay algo por detrás que es el reconocimiento, y piensas que no vas tan mal».

Y para el inmediato futuro, dos proyectos en marcha, uno ya confirmado, la realización de la coreografía de la zarzuela «El Barberillo de Lavapiés» junto a Alfredo Sanzol. Y el otro, que podría presentarse a la dirección de la Compañía Nacional de Danza, algo que Ruz no confirma, aunque confiesa que, «me lo estoy pensando», dice con una sonrisa.

Antonio Ruz se formó primero en su Córdoba natal, para luego estudiar en la Escuela de Víctor Ullate y actuar en esta compañía desde donde pasó al Ballet del Gran Teatro de Ginebra y más tarde al Ballet de la Ópera de Lyon. En 2006 formó parte de la Compañía Nacional de Danza dirigida por Nacho Duato. Desde entonces hasta la fecha ha realizado un recorrido por distintas compañías como creador, y entre otras con la con sede en Berlín desde 2007. Una de sus últimas creaciones ha sido la obra «Electra» para el Ballet Nacional de España, en la que también ha colaborado la bailarina Olga Pericet