Francisco Javier Expósito: «Todas las religiones expresan en fragmentos el mismo rostro de Dios»

«El humanismo tiene que ver con el ser humano, que concibo como una entidad con cuerpo, mente y espíritu . Esas tres dimensiones lo forman, pero de ellas negamos el espíritu, el alma , que es algo que no tiene que ver con la religión, porque puede haber espiritu sin religión y religión sin alma. Pero el ser humano es ante todo un ser espiritual y eso es lo que da sentido a la existencia», explica.

La espiritualidad es uno de los temas principales de su último libro, «¡somos tierra santa!. La paz de Melville» (La Huerta Grande), crónica de la peregrinación que realizo Expósito Lorenzo por Tierra Santa y en la que establece un diálogo continuo con Herman Melville , el autor de «Moby Dick» , quien hizo un camino similar por las actuales Israel y Palestina en 1857.

El autor lo presentará este martes 18 de junio, en la sala Antonio Machado de la Fundación Cajasol , durante una nueva sesión del Aula de Cultura de ABC de Sevilla . Será en conversación con el periodista y escritor Francisco Robles , director del Aula de Cultura, que cuenta con el patrocinio de la Fundación Cajasol y de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla .

En «¡somos tierra santa!» el escritor, en un relato en el que se hibrida n novela y libro de viajes , lírica y reportaje periodístico, recorre junto a un grupo de peregrinos y sacerdotes el Monte Carmelo , el Lago Tiberíades y Jerusalén , entre otros lugares, siempre en compañía del autor de «Moby Dick» , la primera novela que leyó de pequeño y del que toma una de las ideas fuerza del libro: los muros que hay que derribar.

«Melville quiere derribar los muros de su mente, como nosotros los seres humanos intentamos derribar los muros de nuestra mente e ir más allá de las creencias. La paz que buscaba Melville está más allá de las creencias, que es lo que nos ha separado en la historia de la humanidad, cuando todas las religiones no dejan de ser una en el fondo , porque todas nacen del ser humano y todas la almas son una».

Por ese motivo, los quince peregrinos emprenden su camino desde posturas vitales muy diferentes, pero llegan todos a un mismo final que pasa por la superación de esos muros , la llegada a la espiritualidad y el abrazo a la unidad con lo que les rodea.

«En el fondo todas las religiones expresan en fragmentos el mismo rostro de Dios . Tengo un respeto profundo por todas las religiones . Estamos en un momento en que es necesario crear puentes que unan las creencias del pasado que nos sirvieron con el futuro más allá de las creencias que nos han dividido. Yo puedo rezar en una mezquita , en una iglesia o en una sinagoga , la espiritualidad es una experiencia interior ».

Porque, al final, lo sagrado está dentro del propio individuo, en el alma, según este autor. «Nos dimos cuenta, siguiendo los pasos de Jesús, de un maestro, que la Tierra Santa éramos nosotros , al final todos éramos el rostro de Dios».