Las tres preguntas sin responder de Óscar Puente con las obras de Sevilla

A principios del mes de marzo caducaba el plazo para la terminación del estudio encargado por el Ministerio de Transportes para conectar por cercanías el aeropuerto de Sevilla con la estación de Santa Justa. Este periódico preguntó en qué situación se encuentra el documento, que debe definir cómo será el trazado de esa infraestructura principal y que debe acometer obligatoriamente el Estado para dar cumplimiento una norma europea que exige que los aeropuertos que estén en un rango de pasajeros entre cuatro y doce millones (Sevilla tiene nueve). No hay respuesta, salvo la que el propio ministro ofreció a un particular en su perfil de la red social X, que le reclamó precisamente esta obra, a lo que contestó un lacónico: «Pronto».

Tampoco el Gobierno central ha ofrecido información alguna sobre el estado en el que se encuentra la obra de ampliación del puente del Centenario, que cumple ya tres años desde su inicio y que, extraoficialmente, ABC ha podido saber que está a apenas el 40%, cuando debía haber concluido ya. Hay que tener en cuenta que las operaciones que hay que ejecutar ahora en el puente son las más laboriosas, por lo que no es previsible que todo esté acabado para 2026 como se anunció hace meses por última vez. El Ministerio guarda silencio elocuente sobre la única obra que tiene en marcha en Sevilla, y que a todas luces está estancada.

En los últimos meses, más allá del ruido por el dedazo del Ministerio a su propia empresa Ineco para la redacción del proyecto del tramo de la SE-40 entre Coria del Río y Dos Hermanas, salvando mediante un puente el Guadalquivir, sólo ha habido otro avance en la tramitación: se ha adjudicado el tramo entre Valencina y Salteras de la segunda ronda de circunvalación. En el primer caso, el del puente, pese a que el Estado ha tratado de vender que todo está en marcha, la realidad es que no existe ninguna partida presupuestaria consignada para activar la obra en el plazo anunciado. Algo similar ocurre con el tramo adjudicado, cuyas anualidades son dispares dejando para el último año el grueso de la inversión, que es más de la mitad del presupuesto.

Y éste es el motivo por el que tras el verano pasado se pospuso la licitación del tramo entre Valencina y Espartinas, que aún duerme el sueño de los justos a la espera de que aparezca en la plataforma de contratación del sector público. El Ministerio obvia dar información al respecto, al igual que ocurre con la actualización del resto de tramos del arco norte.