Sevilla tendrá «el gran salón» cultural que soñó Aníbal González en la Plaza de América

Aníbal González, cuando diseñó la Plaza de América en 1911 como un «gran salón» de recibimiento. Fue el escenario donde se recibieron a los dignatarios, delegaciones y visitas importantes que vinieron a Sevilla durante la Exposición Iberoamericana de 1929. Ese «gran salón» se conforma por el Pabellón Real, el Pabellón Mudéjar (Museo de Artes y Costumbres Popular) y el Pabellón de Bellas Artes (Museo Arqueológico).

A pesar de la situación actual, las expectativas es que los tres edificios, herencia arquitectónica de Aníbal González, vuelvan a recobrar su máximo esplendor estético y con un uso cultural más temprano que tarde si la Junta de Andalucía y el Gobierno central se ponen manos a la obra. La meta tiene que ser la conmemoración del 29.

Por algo más de 26,6 millones de euros el pasado mes de junio, semanas antes de las elecciones generales y casi al mismo tiempo que la Junta concluía los trabajos de custodia y traslado de los fondos expuestos, el Ministerio de Cultura licitó las obras de reforma y rehabilitación del Museo Arqueológico, cuyo plazo de ejecución es de 40 meses. El horizonte para la renovación de este edificio renacentista está puesto en 2027.

Más lejano parece el día en el que Sevilla pueda disfrutar del Pabellón Mudéjar, actual sede del Museo de Artes y Costumbres Populares, ya actualizado. Requiere de mejoras en climatización, dependientes del Ministerio de Cultura; cuenta con la segunda planta (dedicada a la Semana Santa y la Feria de Abril) cerrada desde hace casi dos décadas; y además, la Junta de Andalucía, por su parte, tiene que cumplir con su compromisos de revisar y actualizar el contenido museístico del enclave con el propósito de que pase a ser un centro etnográfico de Sevilla.

Sea como fuere, la Plaza de América se convertirá en otro centro cultural de Sevilla, que tiene entre sus objetivos revitalizar el eje Catedral-río con la Seo, el Alcázar, el Archivo de Indias, la Torre de la Plata, la Torre del Oro, las Atarazanas, la iglesia de San Jorge en el hospital de la Caridad y el Teatro de la Maestranza.

A esta apuesta cultural hay que añadir uno de los deberes pendientes de la ciudad: la ampliación del Museo de Bellas Artes, con el Palacio de Monsalves anexo como principal salida para este entuerto que se demora en demasía. La pelota está en el tejado del Gobierno central.