A los nueve meses llegan los niños del confinamiento sevillano

Según datos del Registro Civil de Sevilla, donde se inscriben los recién nacidos de la capital hispalense, la media mensual de inscripciones de nuevos nacimientos rondaba los 750 niños durante diciembre. Pese a que, según destacan, el mes no se ha cerrado , las cifras demuestran que se trata de una natalidad ligeramente inferior a la habitual.

De hecho supone unos 50 nuevos sevillanos menos que los que se registran habitualmente. «Ha bajado un poco la natalidad en Sevilla capital», explican desde este organismo oficial. A falta de que el Instituto Nacional de Estadística haga públicos sus propios estudios demográficos, estos datos se complementan con otras cifras del Virgen del Rocío, el hospital público más grande de Sevilla.

En el área de maternidad del Virgen del Rocío habían nacido entre el 1 y el 26 de diciembre de 2020 un total de 285 niños. Una cifra sensiblemente inferior a los 380 alumbramientos que se produjeron durante el mismo período de 2019.

Además las cifras del mes de noviembre también confirman esa leve bajada de la natalidad. En noviembre de 2020 nacieron en el hospital Virgen del Rocío 397 bebés . Un año antes, en noviembre de 2019 lo hicieron 467.

Esto supone que finalmente el coronavirus no ha tenido efectos demográficos ya que no ha aumentado la natalidad, sino que ha continuado en la misma línea o, si acaso, ha bajado de forma leve. ABC ha hablado con varias parejas que han sido padres estos días o están a punto de serlo.

Y todos confirman que lo más positivo es que el embarazo ha sido más llevadero durante el estado de alarma. Porque como no había actividad social y la movilidad estaba reducida , la mayoría de las gestantes han tenido más tranquilidad durante la gestación. Sin fiestas ni celebraciones, las parejas aseguran que lo tenían más fácil.

«Como no había planes ni gente en los bares sabíamos que no nos estábamos perdiendo ningún plan», decía una de ellas confirmando que el confinamiento les ha ayudado a vivir el embarazo. Además el teletrabajo les ha facilitado mucho las cosas. Como la mayoría trabajaba desde casa era más fácil seguir con las tareas sin tener que desplazarse. Lo único negativo para estos nuevos padres ha sido la incertidumbre y el miedo que han pasado. Porque no sabían que pasaría si contraerían el virus y, en ese caso, si tendría consecuencias más graves.

Luis Mejías Ariza nació hace unos días en Sevilla . coincidiendo, día arriba día abajo con los nueves meses desde el inicio del primer confinamiento decretado por culpa del coronavirus.

El pequeño vino al mundo por cesárea, pesó 3,6 kilos y es el quinto que con ese nombre en la familia que además tiene exactamente los mismos apellidos que su bisabuelo. Por eso sus padres, Luis Mejías (30) y María Ariza, que supieron que su primer hijo estaba en camino a finales de abril, están encantados. Se casaron en 2019 y recuerdan que si hubieran esperado un poco más no hubieran podido celebrar la boda.

Ambos, con una situación laboral estable y cuyos trabajos no se vieron afectados por el Covid, teníamos ganar de ampliar la familia. «Sin buscarlo mucho pensamos que viniera cuando viniera». Y el niño vino. Yfue más fácil. «Mi mujer decía que era un año muy bueno para el embarazo porque no había eventos. Y por eso se ha hecho más liviano», afirma el padre de la criatura.

De hecho, esta pareja segura que han pasado un verano muy tranquilo y se han limitado a estar con la familia, algo impensable si no fuera por las restricciones que provocó la pandemia. Ahora Luis y María, están ya en casa, felices con su hijo. «Mis amigos me dicen que es el niño del confinamiento y que es el primer niño Covid», bromea Luis.

Fátima Lerdo de Tejada fue una de las primeras madres del año 2021 . Su hijo Jaime nació en la madrugada del uno de enero. Aunque en principio estaba previsto que el nacimiento de su primer hijo se produjera el 25 de diciembre, finalmente se retrasó y llegó en las primeras horas de este año. Ella y su marido, PabloBenítez, pasaron la Nochevieja en el hospital y allí vino al mundo su pequeño al que han puesto Jaime.

Estos jóvenes, de 32 y 30 años respectivamente, le escribieron «la carta a la cigüeña» en pleno confinamiento, cuando había que estar en casa porque el gobierno de Pedro Sánchez había decretado el estado de alarma debido a la epidemia de coronavirus. «Creo que me quedé embarazada el día 5 de abril» , relata Fátima.

Ella y su marido, como las otras parejas con las que ha hablado ABC, tenían en mente ser padres cuando llegó la pandemia y la situación provocó que hubiera que encerrarse en casa.

«El confinamiento ayudó porque estábamos más tiempo en casa y estábamos menos estresados», relata Fátima. A ellos, como a otras parejas que han vivido todo el embarazo durante estos meses de pandemia, les ha sido más «llevadero» este período. Porque, como no había apenas actividad social y tampoco fiestas, han sido nueve meses de más tranquilidad y sabiendo que no se estaban perdiendo ningún plan.

«Todos los planes que había eran como los de las embarazadas. Eran de recogernos pronto y no había ocio nocturno». Una suerte que los bares cerraran pronto.«No me he perdido nada», dice.

Se llama Lola, nació el 18 de diciembre y es fruto del confinamiento. Sus padres, María Victoria Suárez-Varela (33) y Alfredo Aparicio (35), primerizos, se enteraron de que traían descendencia a final de abril, semanas después del estado de alarma.

«Estábamos buscando el niño pero con el confinamiento pensamos en esperar. Pero estábamos tranquilos y relajados en casa y vino el niño», relata ella. Al principio sintieron la incertidumbre de no saber cómo podría afectarles la pandemia y pasaron miedo, pero los médicos les tranquilizaron. Y el encierro favoreció el embarazo . Fue una vida «muy ordenada», sin salir y con planes en familia. El verano lo pasaron en casa de los padres de ambos en la playa. «A veces nos preguntamos a qué mundo vamos a traer a un niño», admite. Ahora, aunque sus familiares apenas vean a la niña, están felices.