2015, el año de la crónica negra

Así, en pleno verano dos menores fueron víctima y verdugo en dos sucesos registrados en Mairena del Alcor y la capital, respectivamente. También un sacerdote perdía la vida en julio. Ya en otoño asesinaban a tres mujeres, dos de ellas por culpa de la violencia machista.

A la crónica negra de 2015 no le faltan asesinatos cruentos, insólitos sucesos y hasta tragedias aéreas. Este relato de desdichas se escribe en mayúsculas, con el nombre de las 14 personas que murieron de manera violenta (tres más que el año pasado); las once que se dejaron la vida en incendios domésticos y las cinco que perecieron en accidentes de avión. En este listado dramático faltaría añadir el dato oficial de los muertos en siniestros de tráfico que la DGT aún no ha facilitado. El año anterior fueron 37 las víctimas fallecidas en vías interurbanas de la provincia.

Casi todos los crímenes que han conmocionado a distintas localidades sevillanas han quedado resueltos por los cuerpos policiales. Tan sólo queda uno pendiente de identificar al autor . Se trata del asesinato de Silvia García , una mujer de 51 años que apareció muerta en la puerta de su casa de Pilas en noviembre. Había sido golpeada en la cabeza. El crimen machista fue descartado a las pocas horas. Su exmarido, que ha colaborado con la Guardia Civil desde el primer momento, se encontraba trabajando cuando Silvia fue atacada. Su pareja actual estaba en Madrid. Ninguno de los dos pudo hacerlo.

La última información confirmada es que la Guardia Civil trabajaba sobre la hipótesis del robo y que la víctima había podido descubrir a los ladrones en plena acción. La Benemérita ha entregado este caso a un equipo de Madrid que investiga desde noviembre.

La capital ha sido el escenario de seis de los catorce episodios violentos con resultado de muerte. De todos esos casos, el primero que va a ser juzgado será el del crimen del Nervión Plaza. En este centro comercial perdía la vida una limpiadora, Gracia Martínez, a manos de un menor conflictivo de 14 años, a quien descubrió robando en las taquillas del personal. Una barra de hierro y una violencia asombrosa para la edad del agresor fueron las armas empleadas por el joven delincuente.

Dentro del capítulo de muertes violentas hay que subrayar otro aumento alarmante que habla también de fracaso en algunas políticas para erradicar un problema social de calado como es la violencia machista . Cuatro mujeres han sido asesinadas en 2015, igualando la cifra que se había registrado en 2010.

El paulatino descenso en el número de víctimas se ha frenado en seco, a pesar de que las denuncias han crecido en este último ejercicio. Entre las víctimas mortales había dos mujeres que pidieron ayuda (una de ellas había recurrido a la Policía Local hacía varios años) y otras dos no. La pregunta: ¿qué está fallando? era inevitable en el caso de María del Castillo, quien tenía una orden de protección que su exmarido violó tan sólo quince días después. Se coló de madrugada en su casa, en Lebrija, la apuñaló y después la tiró por el balcón de la vivienda.

La crónica negra de este año la ha inaugurado un incendio en el barrio de San Pablo , de la capital, que se cobraba la vida de una anciana este sábado. La mujer no pudo escapar del siniestro y fue encontrada por los bomberos detrás de la puerta de entrada del piso. A pesar de que seguía con vida cuando fue sacada del inmueble, sufría graves quemaduras y una severa intoxicación por inhalación de humo que no pudo superar en el hospital.

En 2015, once personas perecieron en incendios domésticos declarados en la provincia. A falta de la confirmación del dato sobre siniestralidad vial, es el único recuento dentro de la crónica negra que arroja un análisis positivo, en cuanto a que ha disminuido el número de fallecidos. Si bien la provincia sevillana se sitúa a la cabeza de la mortalidad andaluza en estos siniestros.

La Fundación Mapfre ha hecho público recientemente un estudio sobre las víctimas mortales en incendios domésticos. El perfil corresponde al de una persona mayor, que vive sola y que muere en un siniestro causado por un descuido en el radiador, la chimenea o el brasero, por colillas mal apagadas o por averías eléctricas.

La crónica negra sevillana se despedía con un suceso insólito , que mostraba la peor cara del ser humano, aquella que es incapaz de mostrar empatía alguna ni siquiera con sus seres queridos. Ocurrió el pasado 17 de diciembre en Dos Hermanas, donde la Policía Nacional liberó a un hombre de 59 años que llevaba años recluido en un palomar. Dos hermanos ejercían de carceleros y no sólo eso, se quedaban con el dinero de la pensión de la víctima aquejada de una enfermedad mental.

Los agentes que liberaron a Pasoslargos, como lo conocían en el pueblo nazareno, se encontraron a un hombre malnutrido , que pasaba los días en un cuartucho de tres metros cuadrados y que debía hacer sus necesidades en unas botellas de plástico.

Sus hermanos justificaron el encierro asegurando que suponía un peligro. Sin embargo, los vecinos que conocían a  este peculiar personaje del escenario local lo recuerdan como un ser tranquilo. Hacía años que no lo veían, los hermanos hicieron creer a algunos que estaba bien atendido en una residencia. En 2015 se descubrió la verdad.