La Policía Local relata su jornada más crítica por el diluvio en Sevilla: «No había relevo posible; había que aguantar»
A medida que el día se complicaba, miembros del cuerpo fueron tomándole el pulso a la situación, poniendo en riesgo su integridad
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Sevilla
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Iniciar sesiónSevilla sufrió el pasado miércoles a mediodía uno de los peores aguaceros que se recuerdan en la historia de la ciudad. Fueron horas angustiosas. Tuvo que responder ante más de 600 incidencias, según datos de Emergencias, efectivos de plantillas como la de la Policía Local. ... En total, fueron 115 los litros por metro cuadrado que cayeron en menos de 15 horas, provocando un caos sin apenas precedentes en Sevilla. Entre todas las comisarías de la capital hispalense se contabilizaron más de 400 llamadas en pocas horas.
Al frente del dispositivo se encontraba el inspector Miguel Checa, quien lleva un año destinado en Sevilla. Checa tenía turno de tarde, pero cuando vio que la lluvia apretaba decidió adelantar su llegada a su comisaría. «De camino al trabajo ya había zonas anegadas, como la avenida Primero de Mayo o Federico Mayo Gayarre. La cosa se empezaba a poner fea», recuerda en ese sentido el agente en conversación con ABC.
Miguel llegó al trabajo a la 13.45 del mediodía y la situación iba empeorando con el paso de los minutos. «La previsión apuntaba lluvia, pero no una tromba de agua de esas proporciones. La Aemet había decretado alerta naranja. Si la hubiera decretado roja como en Huelva se hubiera activado un dispositivo especial, movilizando a compañeros de descanso y reforzando turnos. Pero nadie esperaba lo que pasó», precisa el policía.
Lo que sucedió a posteriori fue un cúmulo de circunstancias adversas. Se produjo primeramente una tromba de agua a la hora de la salida de los colegios, al final de la jornada laboral, y en el cambio de turno de la Policía Local de Sevilla. Así que la primera decisión fue paralizar este relevo, de forma que la mayor parte de los agentes prolongaron su jornada hasta la tarde para ayudar a los compañeros que se incorporaban a su turno de trabajo. Otros que estaban de descanso se incorporaron voluntariamente. «No había relevo posible; había que aguantar», subraya.
A primera hora de la tarde Sevilla estaba ya totalmente anegada. «La situación empeoraba cada minuto, había que montar el servicio en unas circunstancias muy adversas por las dificultades de movilidad. Se organizó a los agentes por canales en la emisora para no colapsar las comunicaciones y se coordinó la labor con Protección Civil», explica Checa. Era el momento de no desatender en toda logística.
«Hubo que cortar varios pasos subterráneos en Torcuato Luca de Tena, Cardenal Ilundain o en Su Eminencia porque estaban inundados. También ir a cruce semafóricos concretos que habían quedado sin funcionar, como Marineros Voluntarios, y levantar arquetas por toda la ciudad para ayudar a desaguar. Afortunadamente los imbornales funcionaron bien, aunque en algunas zonas se crearon bolsas de agua por saturación», refleja el policía.
Atención a personas con movilidad reducida
Otra de las principales tareas de los agentes fue atender a personas dependientes que precisaban de ayuda o colaborar mano a mano con los vecinos sacando cubos de agua. «Asistimos a personas con alzhéimer o ancianos que necesitaban su medicación y nadie les podía atender», agrega.
Ya entrada la tarde, mientras la situación iba mejorando en el casco urbano, apareció una nueva complicación: el desborde de los arroyos de Miraflores y Tamarguillo, que afectaron a las zonas de Valdezorras o la barriada del Avión. También se vigiló la Isla de Tercia. Checa lo recuerda como el peor momento de la jornada. «Sobre las 21.00 horas constatamos el riesgo de inundación en zonas pobladas. Hubo que desalojar a varios vecinos y vivimos momentos de mucha tensión», indica el coordinador policial.
La frase
«Los policías trabajamos sin descanso contra el diluvio más allá de los turnos laborales»
Miguel Checa
Policía Local
El agente Checa quiere destacar el esfuerzo de la Policía Local en aliviar los efectos de todo lo ocurrido y sobre todo estar ahí para los vecinos. «Había compañeros con la ropa empapada, con los pantalones arremangados hasta las rodillas, con las manos desolladas de levantar tapas de arquetas. Trabajaron sin descanso más allá de sus turnos laborales. Duele mucho cuando lees que dónde estaba la Policía Local. La Policía Local estaba donde tiene que estar: trabajando en la calle. A la gente le gustaría ver un agente en cada esquina, pero eso es imposible», asume.
Pese a que poco a poco Sevilla va despertándose de tal pesadilla, los policías locales no olvidarán la jornada del pasado miércoles en mucho tiempo. «Yo llevo poco aquí, pero los compañeros dicen que no recordaban nada igual. Si vuelve a ocurrir, allí estaremos. Aunque si nos advierten con tiempo de que va a caer esa cantidad de agua, mucho mejor para todos», bromea.
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