La Policía Local exige hasta 9.000 euros de plus por agente en el Plan de Navidad de Sevilla

Este año, sin embargo, no hay Magna ni un despliegue extraordinario que justifique semejante dispendio, ya que existe un tope legal que conocen ambas partes en la negociación. Pero los sindicatos exigen repetir el esquema y el coste. La citada contrapropuesta se presentó ayer en una reunión que sólo sirvió para reflejar que las dos partes están muy lejos del entendimiento. Los representantes de los trabajadores plantean que el Plan de Navidad arranque el 27 de noviembre y se extienda hasta el 7 de enero (en lugar de hasta el primer fin de semana de las rebajas como otros años), cubriendo todo el periodo de fiestas y grandes eventos: el encendido del alumbrado navideño (29 de noviembre), el derbi del día 30, partidos como el Betis-Barcelona, el puente de la Inmaculada y el tramo fuerte de Nochebuena, Nochevieja y la Cabalgata de Reyes.

El documento sindical, de más de treinta páginas, no sólo pide que se mantenga la estructura del año pasado, sino que amplía los periodos y fija unas tarifas por día trabajado que dejan poco margen a la negociación. Según el cuadro económico que los propios agentes adjuntan, un policía de vía pública percibiría 479 euros por cada jornada festiva o de fin de semana y entre 205 y 227 euros por los días laborables, con un plus adicional de 87,13 euros por los servicios nocturnos. Además, las madrugadas del 25 de diciembre y el 1 de enero se pagan como doble festivo.

El resultado es que un agente que cubra todos los días previstos en el plan —unas 25 jornadas en total— podría alcanzar una retribución bruta de entre 9.000 y 9.500 euros sólo por el Plan de Navidad, al margen de su nómina habitual. Este extremo lo niegan los sindicatos a los que ha preguntado ABC, pese a que se trata de un sobresueldo fácilmente calculable con los 25 días que trabajarían los agentes con 18 de descanso hasta completar los 42 que proponen que dure el citado plan navideño.

Según ha podido saber ABC por fuentes de la plantilla, el año pasado se alcanzaron cifras de entre 7.500 y 8.000 euros por agente, aunque con la tabla que viene en la contrapropuesta, este año se podría llegar incluso a superar los 9.000 incluyendo nocturnidades.

Enfrente, el Ayuntamiento ha ofrecido tres millones menos de los 8 que se aprobaron el año pasado para los 1.200 agentes operativos que participan en estos servicios. La pugna no se libra sólo en la mesa de negociación. En los despachos municipales se recuerda que la Intervención ha venido poniendo reparos a estos acuerdos, al considerar que las productividades pactadas en bloque con los sindicatos vulneran los principios de legalidad presupuestaria y control del gasto. Lo que en la práctica ocurre cada año es que la Policía Local aprovecha el calendario de grandes eventos —Semana Santa, Feria, Navidad— para forzar la aprobación de los pagos ante el temor político de que una protesta o un plante afecte a la seguridad y la imagen de la ciudad.

El precedente más reciente fue el del año pasado. Con la Magna a pocos días de celebrarse, el Ayuntamiento no tuvo más remedio que claudicar y aceptar un acuerdo con carácter prorrogable por un año. En los presupuestos de 2025, apenas se consignó una partida de 17 millones de euros para las productividades de la Policía Local, que se agotó en mayo. Desde entonces, no se ha aprobado la modificación presupuestaria —de unos 30 millones adicionales— que permitiría atender los pagos pendientes.

El desacuerdo tiene, por tanto, una doble vertiente: la falta de liquidez municipal y las deudas acumuladas con los agentes, que reclaman aún los servicios prestados durante la final de la UEFA de 2022, parte de la Semana Santa y la Feria de este año o la Cumbre de la ONU. Ahora, además, el Ayuntamiento necesita sacar recursos de debajo de las piedras para cubrir los refuerzos navideños.

A esta situación económica se suma la crisis estructural de la plantilla, que el propio sindicato reconoce en su escrito: 500 agentes. Además de que las incorporaciones son menores que las jubilaciones, el absentismo se ha multiplicado y muchos agentes que toman posesión de su plaza piden inmediatamente la excedencia para marcharse a otros destinos, bloqueando los puestos sin posibilidad de sustitución temporal por culpa de una ley estatal. Con este panorama, la presión sindical se ha convertido en una estrategia recurrente para mantener los pluses y las condiciones que ningún otro cuerpo municipal disfruta. Y esto, a su vez, provoca agravios comparativos con el resto de empleados municipales.

Mientras tanto, el Ayuntamiento intenta resistir el pulso. Recursos Humanos defiende que no puede volver a asumir un gasto desproporcionado sin cobertura presupuestaria ni respaldo de Intervención. Pero la experiencia demuestra que, conforme se acerque el alumbrado y se multipliquen los eventos en la calle, la capacidad de maniobra se reducirá y el margen político será mínimo.

La historia, como cada año, se repite: los sindicatos esperan al último minuto -han decidido no hacer más horas extra y han convocado una concentración el día 18 en la Plaza Nueva-, el gobierno apura hasta donde puede para intentar llegar a un acuerdo, y Sevilla asiste de nuevo al rentoy navideño de su Policía Local.