Patrimonio
La iglesia de Santa Clara recobra su esplendor un cuarto de siglo después
El arzobispado ha presentado la finalización de los trabajos de restauración de un templo que será bendecido el próximo viernes
El retablo mayor de la iglesia de Santa Clara tras su restauración
La iglesia del antiguo convento de Santa Clara recobra todo su esplendor tras una restauración que ha durado años desde que se marcharon las clarisas en 1996 y se suscribió el primer convenio entre el Ayuntamiento de Sevilla y el Arzobispado. Desde la misma calle ... y ante la puerta de entrada al compás, ya se otea al fondo la tabla de San Roque, una obra de Hernando de Esturmio, que volverá a recibir a los feligreses a partir de este viernes, cuando el templo se bendiga por parte del arzobispo monseñor José Ángel Saiz Meneses y con la asistencia del alcalde y otras autoridades.
Cuando se entra a través de un compás remozado y dejando en el lado derecho la pequeña placita que tiene que rehabilitarse, se observa la brillantez de una rehabilitación en la que vuelven a verse los estofados en el retablo mayor y en los altares laterales, el camarín de Santa Clara, en el que se adivinan los naranjos que rodean a la Torre de Don Fadrique, los relieves de Juan Martínez Montañés y su taller, los ángeles lampareros que custodian a la titular del templo y a la Virgen del Rosario o las yeserías ricamente decoradas que envuelven el conjunto.
La vista continúa deteniéndose en los altares laterales, donde se sigue viendo la mano de Montañés, a través del diseño y la ejecución de las columnas o en las tallas de la Inmaculada Concepción, San Francisco de Asís, San Juan Evangelista y San Juan Bautista. En el techo, un artesonado del siglo XVII con elementos ornamentales se pierde entre el coro alto y hasta el final de la nave.
En los zócalos se hallan los azulejos coloridos que dan vida a una iglesia que ha estado postergada durante años y que ha estado sin culto hasta tres mandatos de arzobispos. Fray Carlos Amigo Vallejo fue quien recibió la iglesia de manos de las clarisas, monseñor Juan José Asenjo puso todo su empeño en recuperar este lugar y el actual arzobispo, monseñor José Ángel Saiz, la bendecirá este viernes. El secretario canciller de la Archidiócesis, Isacio Siguero, ha explicado que «es una alegría volver a reabrir al culto este templo tras un trabajo de años para que hubiera una implicación para la restauración de este lugar».
Convenios y calendario de pagos
Ha recordado los distintos convenios con el Ayuntamiento y cómo, finalmente, desde 2018 se ha producido un calendario de pagos para poder hacer frente a una rehabilitación de un edificio cuyos muros han estado desplazados hasta 40 centímetros, según han confesado los restauradores.
El conjunto patrimonial vuelve a la vida tras una restauración compleja y con muchos detalles en las tres partes que pertenecen a la Archidiócesis, dentro del antiguo monasterio. Esos espacios son la propia iglesia, unas dependencias que eran la sacristía, y unas últimas que se encuentran al lado del coro. El arquitecto de la obra, Antonio Martín, ha señalado durante la visita que «en la parte del compás se ha actuado en la conservación de muros y en la renovación de estructuras de madera».
Presbiterio y artesonado de la iglesia de Santa Clara
Durante la visita en la que, además del secretario canciller, han estado el delegado de medios de comunicación, Adrián Ríos; el delegado de patrimonio histórico y artístico, Antonio Rodríguez Babío; el arquitecto responsable, Antonio Martín; y el resto de miembros del equipo de restauración, se ha podido observar el coro bajo, en el que aparece la sillería renacentista que ha sido restaurada y donde hay incrustaciones de taracea con tres tipos de madera distintas o algunos elementos del primitivo suelo.
También, se ha querido dejar constancia de los hallazgos arqueológicos con una diferencia en el diseño del suelo en el coro bajo, señalando que, en ese punto, se encontró la cimentación de un muro que pertenecía al primitivo palacio de Don Fadrique y que mide de ancho 1,2 metros. Por otro lado, se puede contemplar el órgano, el cual se halla en el mismo punto para el que fue realizado por parte de Antonio Ortiz a finales del siglo XVIII y principios del XIX. El mismo podrá ser escuchado en la eucaristía del viernes tras años sin poder hacerlo.
Zócalo de azulejos de la iglesia de Santa Clara
En el coro alto aparece otra sorpresa: los restos arqueológicos del mural del palacio de Don Fadrique, que se remontan a época almohade, junto al resto de la sillería renacentista y a unas celosías que ofrecen una primorosa vista del conjunto monumental que forma parte de la historia de Sevilla.
Al lado del coro, una dependencias anexas servirán para la delegación de educación y cultura del arzobispado y para uso expositivo en un futuro en el que también habrá unas misas dominicales para los parroquianos. El arquitecto Antonio Martín ha declarado que «se han hecho una cantidad de actuaciones para que el templo vuelva a resistir otros cien años más y que sea disfrutado por las generaciones venideras».
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