Un conflicto amoroso estuvo detrás del último tiroteo en Torreblanca

El enfrentamiento ocurrió sobre las doce de la mañana del 19 de noviembre en la calle Torrelaguna, una de las principales vías del barrio. El padre de la novia y el padre del novio iniciaron la disputa a gritos, a la que se fueron sumando otros miembros de ambas familias. Uno de los bandos se oponía a la relación de pareja que mantienen dos jóvenes integrantes de los dos clanes y le reprochaba a los otros que apoyaran esa relación.

De los insultos y las amenazas pasaron a exhibirse armas y al instante se escucharon las primeras detonaciones. Uno de los implicados en la pelea, un hombre de 39 años apodado el Tapón y con numerosos antecedentes, cayó fulminado al suelo. Había sido alcanzado por tres impactos. Los responsables salieron huyendo del barrio. La víctima pertenece al clan de los Pingajos, que controlan buena parte de los narcopisos que operan en esta zona de la ciudad.

«Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron a un varón adulto inconsciente, pero aún con vida. Presentando el mismo graves heridas producidas por varios impactos realizados con arma de fuego, teniendo que ser trasladado de urgencia al hospital por los servicios sanitarios actuantes, en estado crítico. Al mismo tiempo acudieron agentes de la Científica y Judicial para inspeccionar el inmueble donde había sido abatida la víctima y sus proximidades en busca de indicios, así como para recoger las primeras declaraciones de vecinos y testigos de la zona», señala la Policía en un comunicado.

El Grupo de Homicidios se hizo cargo de una investigación que bautizó con el nombre de Colador. Horas después de registrarse el tiroteo, los bomberos de Sevilla tenían que acudir al barrio para sofocar el incendio en dos viviendas de la familia que había salido huyendo de Torreblanca. Dos inmuebles situados en la calle Torremanzana que tuvieron que ser precintados. Los dos clanes llevaban años enfrentados y el tiroteo había elevado aún más la tensión entre ambos grupos.

Los tres hermanos sospechosos de haber disparado a El Tapón huyeron de Sevilla. Uno de ellos se escondió en Portugal. La Policía localizó a los tres entre los días 7 y 9 de marzo. Fueron detenidos y puestos a disposición judicial por un delito de tentativa de homicidio. Según han confirmado fuentes policiales, los arrestados son hijos del líder del clan, apodado como el Quatri. Uno de ellos acabó confesando que habían disparado contra el clan de los Pingajos por una cuestión de honor. El juzgado de Instrucción 13 de Sevilla ordenó el ingreso en prisión provisional para todos ellos.