Una noche en la que muchos de los mandatarios que se han desplazado a la ciudad probaron por primera vez la exquisitez de la gastronomía andaluza y española. El menú fue servido por dos caterings locales, Robles y Ágape, dado el alto nivel de organización que un encuentro de este tipo requiere. Pedro Sánchez-Cuerda, reconocido hostelero sevillano al frente de Ágape, quien ya había trabajado para Casa Real previamente, explica a ABC que fue una «cena mágica» con el Alcázar «precioso» para la ocasión. «Los invitados estaban muy sorprendidos por estar cenando en un lugar con tanta historia; donde los Reyes Católicos y Cristóbal Colón mantuvieron reuniones o donde se casó Carlos V«, apunta el empresario. Destaca asimismo el trabajo de Casa Real para poner todo a punto, en la que no faltaron Guardia Real y alabarderos.
En cuanto al menú de la velada Ágape se encargo de un cóctel tipo buffet con aperitivos fríos para 360 personas con productos autóctonos y de la región. Siguiendo esa línea de «sabores nuestros» que se le encargó, se sirvieron aperitivos como quesos andaluces, tartaletas de huevas aliñadas con tomate de Los Palacios o pan hojaldrado con atún de Barbate y mayonesa de amontillado. Para beber se sirvieron vinos de Cazalla de la Sierra y del marco de Jerez, además de «mucha agua» dado el calor que apretó hasta bien entrada la madrugada. Sánchez-Cuerda apunta que el consumo de agua fue una de las anécdotas más reseñables de la noche, aunque se acondicionó el monumento para mitigar las altas temperaturas lo máximo posible. Pese a ello, fue una «noche para el recuerdo» en la que todo salió según lo previsto.
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