entrevista

Antonio Ayala, experto en longevidad: «Los andaluces enferman más que los vascos, catalanes y cántabros a partir de los 60 años»

Este catedrático de Bioquímica y experto en longevidad participa en un estudio pionero realizado con centenarios de Sevilla en el Hospital de San Juan de Dios del Aljarafe

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Antonio Ayala en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla maría guerra

Antonio Ayala es uno de los mayores expertos en longevidad y antienvejecimiento de España. Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular con más de 40 años de experiencia profesional y una formación de casi tres años en el National Institute of Health de Baltimore (USA), la ... Universidad de Stanford lo incluyó en su listado de los mejores científicos del mundo. Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina y Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), participa, junto con la geriatra Cristina Garzón, en un estudio pionero en Andalucía realizado con personas centenarias en el Hospital de San Juan de Dios del Aljarafe.

-¿Los andaluces tienen mayor esperanza de vida y mejor calidad de vida durante la vejez que el resto de mayores de España?

-En el mundo del envejecimiento y del antienvejecimiento hay un concepto que es la vida media, es decir, la esperanza de vida. Y otro es la vida máxima potencial, el récord de longevidad de un individuo. En los humanos está en 122 años y en Barcelona una mujer alcanzó los 117. Desde el punto de vista de control del envejecimiento, lo que se está pretendiendo es que la vida media suba y se vaya aproximando a la vida máxima potencial. Pero claro, con salud. Por debajo de la vida media, hay un concepto que es vida media libre de discapacidad, que es el número de años que uno vive sin tener problemas serios de salud. En este campo, la vida media libre de discapacidad de los andaluces y de los canarios es la más baja de España. Es decir, los andaluces empezamos a tener problemas serios de salud a partir de los 60 años, mientras que los cántabros los tienen a partir de 68 ó 69 años. Es decir, ellos tienen 8 ó 9 años más de buena salud que nosotros.

-¿Y los catalanes y los vascos?

-Ellos también. En Andalucía y Canarias estamos a la cola. Aquí tenemos aquí la idea de que vivimos bien, que nos reímos, pero los datos objetivos reflejan esto. Quizá abusamos de los fritos o de las tostadas mientras en el norte casi no saben lo que es una tostada o el pan. Vemos que hay una diferencia grande entre las distintas regiones de España y precisamente el estudio con centenarios de Sevilla que hacemos con Cristina Garzón lo vamos a conjuntar con el estudio de centenarios del País Vasco y de Cataluña, puesto que pertenecemos al grupo español para el estudio de centenarios.

-Supongo que en Andalucía y Canarias habrá, por tanto, menos centenarios que en el resto de España, en términos relativos.

-Exacto, aunque hay una disparidad tremenda. En el norte puede haber 70 y tantos centenarios por cada 100.000 habitantes, mientras que en Andalucía tenemos treinta y tantos. Y en Murcia tienen 17.

-¿En Andalucía estamos en la mitad que Cataluña y el País Vasco?

-Sí, aproximadamente.

-Hay estudios que demuestran que la esperanza de vida es menor entre las personas con menor nivel de renta. ¿La pobreza tiene que ver con vivir menos y con más enfermedades?

-Sí, aunque hay datos contradictorios como el de Murcia, que tiene menos centenarios por cien mil habitantes que Andalucía. No obstante, en general, las expectativas de vida van aumentando muchísimo, a un ritmo de 2,5 meses al año. Es decir, los niños que nazcan cada año a partir de ahora van a vivir 2,5 meses más y así sucesivamente. Ese crecimiento lineal puede pasar a ser exponencial gracias a la inteligencia artificial y a la robótica en las intervenciones. Si ese aumento llega a ser 12 meses por año, sería casi rozar el concepto de inmortalidad.

-En Estados Unidos se está investigando el envejecimiento con una gran cantidad de recursos humanos y técnicos. ¿Será posible derrotarlo en el futuro?

-El envejecimiento es perder función, función auditiva, hepática, renal y visual, por ejemplo. Hay que decir también que esa pérdida no es gradual y que hay dos momentos en la vida en que los cambios son más estrepitosos, a los 44 años y a los 60 años. En la medida que tú recuperas función, pues puedes seguir viviendo y aumentar tu esperanza de vida. Por ejemplo, si a uno le falla el corazón y se le trasplanta y se le pone uno nuevo, puede seguir viviendo. Y eso lo podemos extrapolar a todos los órganos.

-¿Se podrá reponer cualquier órgano en el futuro?

-Supongo que en 100 años podrá producirse cualquier órgano con una técnica de trasplante superdesarrollada y recuperar cualquier función. A mí no me gusta hablar de inmortalidad, pero lo cierto es que los americanos lo hacen, especialmente los ricos, que están trabajando por alcanzar una inmortalidad que conceptualmente es posible. Es posible incluso un trasplante de cerebro, algo que da pánico porque perdemos nuestro yo. Pero tengamos en cuenta la situación de una persona con Alzheimer que no conoce a nadie, no sabe ni donde está. Con un trasplante se le podría explicar quién es y lo que ha ocurrido. Y se lo podría explicar su hijo.

-Llegar a ser inmortal suena bien pero la vida cansa...

-Sí, cuando uno ya ha vivido muchos años o le ha dado 40 vueltas al planeta que no imagina. La vida cansa, agota.

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