Urbanismo, vivienda, iglesia y dragado, las chispas que pueden quemar el pacto antiZoido

El dragado del Guadalquivir es uno de los puntos calientes, pues cuenta con el respaldo socialista. Es más, su principal impulsor, el Puerto de Sevilla, está presidido por la «número dos» de la lista de Espadas, Carmen Castreño. La ya concejal electa es una firme defensora de esta gran obra a la que se oponen grupos ecologistas y la industria arrocera. Y también los probables socios para gobernar de los socialistas.

En Urbanismo, las cosas tampoco serán fáciles. Tanto podemistas como comunistas han dejado claro que el tiempo de los grandes proyectos se acabó, y mucho menos si éstos llegan bajo la fórmula de «financiación público-privada», que no es más que una manera moderna de definir a la inversión privada. El socialista Antonio Muñoz, que se perfila como responsable del área, tendrá que hilar muy fino para evitar conflictos prácticamente con cualquier obra de mediana o gran envergadura que la ciudad pretenda desarrollar.

No sólo van a recordarle a los socialistas la megalomanía del anterior alcalde de ese partido, Alfredo Sánchez Monteseirín (Metropol-Parasol, Torre Pelli, Puerta Triana, Fibes), sino que se pondrá en cuestión cualquier uso que se pretenda dar a edificios de titularidad pública que no sea ese: el uso público. «La biblioteca de Torneo o el Parque de Arte Sacro son ejemplos de lo que no se puede hacer, una inversión pública fuerte para edificios que prácticamente no se usan.

Con la Iglesia también toparán Espadas y sus socios de izquierda. El candidato socialista viene mostrando su predilección por montar un museo o centro de divulgación de la Semana Santa, a lo que ha llegado a comprometerse esta campaña. Los dos socios que se prevén no son partidarios de invertir dinero público en un proyecto de esas características y Espadas tendrá que justificar un previsible parón a su idea; o convencer a los socios, claro. Por otro lado, IU ya advirtió hace unos días de que pedirá que se anule el último convenio del Ayuntamiento (Emasesa) para la restauración de Santa Catalina, de 423.500 euros.

Participa Sevilla (Podemos) y también en cierto modo IU han estado junto a movimientos como el de las corralas. En algunos casos, dentro mismo de esos movimientos, desde los que han chocado con los dos grandes partidos, que gobiernan en las administraciones. No sólo la ocupación de viviendas sino también unos procesos de adjudicación de pisos protegidos que se movieron en la frontera de la legalidad generaron enormes tensiones entre IU y el PSOE, por ejemplo. Tantas que supusieron el chispazo que prendió la mecha de la ruptura en el gobierno de coalición de la Junta de Andalucía.

Los socialistas tendrán que ceder mucho terreno en este apartado en el Ayuntamiento con un mayor fomento de pisos de protección, alquileres bajos, realojos y rehabilitación, pero la presión de sus dos hipotéticos socios le terminará aplastando contra la pared de la legalidad y de las competencias del ejecutivo autonómico. Donde espera Susana Díaz.

¿Existe la posibilidad de acuerdos en esos asuntos? ¿Se taparán todos con el manto del «clamor por el cambio» sin entrar en mayores detalles? ¿Se dejarán pasar esas divergencias al menos hasta que eche a rodar el mandato ya sin Juan Ignacio Zoido al mando de la ciudad? En próximas fechas, tendremos las respuestas.