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Jóvenes orgullosos y alegres en el primer escalón hacia el sacerdocio en Sevilla

El Seminario Menor, junto al recinto de los Sagrados Corazones, celebró ayer su III jornada de puertas abiertas

Jóvenes orgullosos y alegres en el primer escalón hacia el sacerdocio en Sevilla rocío ruz

aurora flórez

El Seminario Menor abrió el pasado viernes sus puertas por tercer año consecutivo a cientos de personas en su jornada de puertas abiertas, en la que los jóvenes que sueñan con ser sacerdotes muestran su forma vida y dan su testimonio, en un día que ... da frutos y que sirve de llamada, como demuestra Daniel Moreno González, quien decidió su ingreso hace tres años, en la primera visita al recinto, que supuso su convencimiento:«Me faltaba ponerle cara al Seminario y fue decisivo».

En el Seminario Menor, inaugurado en septiembre de 2011 por el arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, en lo que fue uno de sus grandes empeños, se preparan ocho seminaristas y cinco preseminaristas, desde los 13 a los 20 años, procedentes de Sevilla capital y de varios pueblos de la provincia, de la mano de dos formadores.

Seminaristas y preseminaristas mostraron a los visitantes la que consideran su casa

Daniel, Cristian, Ángel, Francisco, Raúl, Antonio, Francisco Javier y Jesús son los seminaristas, que, junto a los preseminaristas que aún no tienen edad para ingresar, sirvieron el viernes de guías a las instalaciones, que se ubican entre la entrada principal al recinto monumental del Sagrado Corazón de Jesús y la casa de ejercicios Betania, en el conocido como Monumento, en San Juan de Aznalfarache. Allí, los de la edad correspondiente estudian ESO en el cercano colegio de Santa Teresa de Jesús y los de Bachillerato en el Sagrado Corazón de Mairena del Aljarafe.

Son jóvenes con inquietudes, alegres, inteligentes, cercanos, responsables los que el viernes enseñaron su casa, vistiendo camisetas verdes con la leyenda «Porque vivo en el Señor, que me quiso para sí», frase de Santa Teresa de Jesús con la que el Seminario Menor recordaba el quinientos aniversario de su nacimiento.

Grandes colas de personas mayores, jóvenes, niños y hasta algunas religiosas esperaban turno para recorrer los dormitorios, los salones, las aulas y la capilla, corazón del Seminario, presidida por una copia de la imagen de Santa María del Buen Aire, donde seminaristas y preseminaristas iban explicando su vida en el recinto y entregaban una estampa para rezar por las vocaciones en las que figuraban sus nombres para que cada visitante apadrinara con sus oraciones a cada uno de ellos.

El vicerrector, Javier Nadal, explicó que es «un día esperado durante el todo el curso, que se vive como una fiesta con la familia, amigos, gente de las parroquias, visitantes...». En los mismos términos se expresaba el director espiritual del Seminario, Andrés Ybarra, añadiendo que «en este día los seminaristas ofrecen lo mejor de sí mismos».

Vigilia de Oración

Una merienda en los jardines, que cuida con mimo el padre del vicerrector, Jesús Nadal, quien también se encarga del mantenimiento de las instalaciones, fue otro hito de la jornada, en la que todos los visitantes pudieron confraternizar. El colofón fue la Vigilia de Oración Vocacional, en el propio recinto monumental al Sagrado Corazón, con el acompañamiento musical de miembros del grupo «Brotes de Olivo».

Fue el momento en el que Francisco Javier Sancho León, de 20 años y en segundo de Bachillerato, y su madre, Ángela León Gómez, hablaron de sus vivencias y testimonios en los dos años que el joven lleva allí. Él se dice feliz, en vacaciones echa de menos «el orden estructurado del Seminario, que te ayuda a hacer discernimiento en condiciones».

Tiene claro el lema de su vida:«Por Cristo y la Iglesia, adelante, siempre adelante». Ella acabó aceptando que su hijo quería ser cura. «Ha sido un trayecto dificíl para mí, pero él está contento, ha aprendido mucho, se desenvuelve muy bien y tiene mucha fe en Dios». Otro joven, Alejandro, de Morón y preseminarista, aseguró que el Seminario le enseñaba a «estar más cerca de Dios y a ser mejor persona».

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