¿Obligaría el cadáver a volver a los juzgados?

Son algunas de las preguntas que nos hacemos y que prestigiosos juristas aclaran a ABC. Así, el juez decano de Sevilla, Francisco Guerrero, dice taxativo que, a partir de las pruebas que se obtuvieran del cadáver, «puede pasar de todo». «Claro que se puede reabrir el caso, pero las personas absueltas no pueden ser juzgadas por los mismos hechos porque han sido absueltas, de modo que harían falta nuevos hechos y nuevas pruebas», explica Guerrero.

El abogado penalista de Garrigues, Luis Molero abunda más y añade: «Tienen que ser hechos no calificados, no juzgados y no prescritos». «La identificación de los huesos de Marta — dice— puede arrojar luz sobre nuevos hechos que obliguen a pensar que la muerte no sucedió como se pensaba, nuevos hechos que no consten en los escritos de calificación de las acusaciones, que son los que van a la vista oral, y que, por tanto, no fueron al juicio de los ya absueltos. De modo que empezaría la investigación, con una nueva instrucción dentro del mismo juzgado».

José Joaquín Gallardo, decano del Colegio de Abogados de Sevilla, asegura que «más allá de la cosa juzgada casi todo se podría volver a investigar». «La cosa juzgada sólo afectaría a las personas ya enjuiciadas y a los hechos por los que cada uno fue acusado. Más allá de esa cosa juzgada casi todo se podría volver a investigar, si el estado del cadáver permitiese abrir nuevas vías para averiguar la verdad y esclarecer unos hechos que continúan repletos de oscuridades e interrogantes», afirma Gallardo.

El catedrático de Derecho Penal y director del Instituto de Criminología de la Universidad de Sevilla, Borja Mapelli, asegura que habría que ver qué información aportase el cadáver, si aparece, y, como los demás juristas, añade que los mismos hechos no se pueden juzgar por el principio de cosa juzgada. También coincide en que nuevas pruebas motivarían una nueva causa, otra instrucción. Mapelli comenta que no es tarea difícil ni que lleve mucho tiempo verificar si la identidad de los restos óseos que se encontrasen corresponden a Marta del Castillo. Es más, dice que «está casi todo el trabajo hecho y que no debería tardar mucho tiempo en resolverse. «Se dispone de gran información genética de la joven, de muestras que se recogieron y que facilitarían la tarea de la identificación», concluye.