Un médico deja de bañarse durante ocho años y llega a esta conclusión: «Cuando aplicamos productos de higiene en nuestro cuerpo...»
James Hamblin cuestiona si nos duchamos por norma social o por necesidad de salud
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Tener una buena higiene corporal es importante para la salud y por ello desde que un niño empieza a tener autonomía se intenta que coja hábitos saludables, como el lavado de dientes, manos o pelo o las duchas con frecuencia, para prevenir enfermedades, eliminar los malos olores y tener una buena salud mental y autoestima.
Eso no quita que también en este campo tan claro surjan dudas sobre si es bueno una ducha diaria o lavarse el pelo con esta misma frecuencia y que, por ejemplo, también se produzcan errores con la higiene bucal. Los expertos sanitarios suelen dar periódicamente recomendaciones, normalmente en la misma línea, pero la que da James Hamblin choca y mucho.
Él es un médico estadounidense especializado en salud pública y medicina preventiva que trabaja como profesor y que tiene una gran influencia en redes sociales. Hamblin, que ha lanzado varios libros controvertidos sobre el cuerpo humano y la higiene, se hizo especialmente famoso después de que empezara a hacer público que, como si fuera un experimento, en 2015 dejó de ducharse con jabón y otros productos para la ocasión. Tras ocho años así tiene unas conclusiones más que claras.
«Nos lavamos por costumbre»
El médico, docente en la Universidad de Yale, cuestiona los beneficios de los productos para la higiene corporal, ya que cree que estos alteran la piel y su microbiota. Así, recuerda que la epidermis tiene bacterias que ayudan precisamente a su mantenimiento y es claro con su opinión, expuesta en libros suyos como 'Clean: si nuestra piel hablara', que publicó en 2020 y que causó un gran revuelo.
«Nos lavamos por costumbre, porque es lo que dicta la norma social, no porque lo necesitemos desde un punto de vista médico», asegura allí. Hamblin explica que durante los primeros meses en los que dejó la ducha notó que su cuerpo tenía un olor corporal un tanto más fuerte que el habitual pero asegura que, con el paso del tiempo, ese olor fue desapareciendo. Sobre esto, él defiende que el olor no indica necesariamente suciedad, sino desajuste microbiano.
Su adiós a la ducha no fue repentino, sino que empezó espaciando duchas y rebajando el uso de jabones y reconoce que al principio hubo días en que quería ducharse. A día de hoy, su rutina de limpieza cuenta únicamente con agua pero nada de jabón, champú, desodorantes o hidratantes, y asegura que así ya está más que limpio porque la microbiota y los aceites naturales de la piel, que son secreciones que salen del sudor y las glándulas sebáceas, se equilibraron.
Por eso, el médico remarca ahora que estos productos, o un exceso de limpieza, puede llegar a afectar a la salud dermatológica. «Cuando aplicamos productos de higiene, alteramos el equilibrio natural de estos microbios, lo que puede favorecer a aquellos que generan malos olores», incide. Hamblin confiesa que «me siento perfectamente bien, te acostumbras». Dejar los químicos a un lado puede ser positivo, según él, porque así no se destruyen mucha bacterias que tienen como misión proteger la piel.
Algunas voces han criticado a Hamblin y recuerdan que muchas personas tienen afecciones dermatológicas y necesitan cuidados específicos. El experto es consciente de su opinión transgresora y solo quiere, por ahora, abrir la mente y enseñar que se deben reducir los productos químicos. «No se trata de evitar la higiene, sino de replantearla», asegura.
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