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LA TRIBU

Tiempo mío

Cuánta razón tienes cuando exclamas con Antonio Murciano: «¡No hay más tiempo que el mío!»

El paso del tiempo ABC
Antonio García Barbeito

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Sé que no lo has leído, como no has leído tantos como levantan, con versos o frases, la mágica carpa bajo la que se mueve tu pasión. Sé que no lo has leído, que nunca fuiste más allá de unos ripios declamados —es un decir— ... a voces, como si más que a un tiempo de convivencia fueran campanas de la voz tocando a rebato. Sé que no lo has leído, porque lo tuyo en esto no es leer, lo tuyo es escribir sin que escribas; si acaso, leer con los ojos lo que para ti y otros como tú está escrito en el ninguna parte de todos los sitios que conoces como nadie. Sé que no lo has leído, pero ponte estos versos como ropa que vista tu impaciencia, tu deseo, tu pasión: «No deis cuerda al cronómetro / ni auscultéis mis latidos. / No decidme del tiempo. / ¡No hay más tiempo que el mío!» No, no conocías estos versos, aunque los escribiera un poeta que fue pregonero de la Semana Santa de tu ciudad, el elegante, cercano, cariñoso y fraterno Antonio Murciano. Qué bien lo dijo por ti, para ti: «¡No hay más tiempo que el mío!»

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