pásalo
Se va
¿Te imaginas esa foto de Sánchez de la mano de Begoña abandonando la Moncloa?
«Se va. Así se lo comunicó la tarde del miércoles, antes de colgar en su ordenador personal la carta del adiós, a Felipe VI, a Felipe González y a Zapatero. El Rey le dio las gracias por comunicárselo. Felipe le preguntó si sabía lo ... que estaba haciendo. Y Zapatero, su mentor, entró en shock como está el partido desde que hizo pública su decisión. El propio Page lo ha corroborado en declaraciones a la prensa. Pedro le dijo a Zapatero: no te llamo para pedirte consejo. Sino para tenerte informado. Antes de colgar la carta en las redes, corrió la noticia entre los fontaneros de Ferraz que al jefe le habían hackeado sus cuentas. No era cierto. Fue él mismo quien cambió las contraseñas. Vivimos momentos muy intensos, como si sintiéramos moverse la tierra bajo nuestros pies. Pero te lo avanzó ya con todas las de la ley: Pedro se va.
Yo estimo que su marcha se debe, sobre todo, a dos razones poderosas. Una familiar, donde es evidente que la tensión de estos días ha hecho aflorar eso que Graham Green llamaba el factor humano. Y el asador de la política no todo el mundo lo soporta de igual forma. Pero hay otra razón tan poderosa como la primera: la táctica. Se marcha porque sabe que su carrera no tiene el final que él pretende. Que su imagen se abrasa y consume por momentos. Que un año más no lo aguanta. Y, tal vez empujado por la alta consideración que tiene de sí mismo, ese narcisismo que lo mismo lo salva que lo penaliza, no pasará a la historia como el político de talla que cree que es. Y ha optado por unir amor y estrategia, para sacar de la chistera de su innegable magia, una salida triunfal. Nos dejó cinco días para que le lloráramos como a Evita Perón. Y se marchará marcándose un Che Guevara 2.0… Pura estrategia.
Los que le conocemos de cerca dudamos de si su papel se ajusta más al perfil de un actor de culebrón venezolano o turco. En cualquier caso, muy efectista. Y capaz de asombrar a propios y extraños. Tiene una capacidad brutal para rearbitrar las jugadas a su favor. No hay otro como él. ¿Te imaginas esa foto final saliendo de la mano de Begoña de La Moncloa? Ese broche emocional, conmovedor para las masas, no tiene precio. Es una secuencia de House of the Cards. Un impacto visual directo al corazón, que es quien manda en todo este negociado Todo lo demás forma parte del relato. Lo veremos pasearse por universidades, clubes políticos relevantes, dando conferencias o apoyando iniciativas climáticas, energéticas y políticas como la Palestina. Pero sí, estoy seguro de que se va, pese a la adhesión inquebrantable que le ha dado el partido. ¿Qué tienes dudas? Bueno, con un personaje como Sánchez todo puede pasar. Pero yo no tengo ninguna. Se va…».
(Extracto de una conversación con una garganta profunda de Ferraz)
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete