trampantojos
Colores para un sueño antiguo
En 1914 un fotógrafo atrapó el alma de Sevilla con una técnica revolucionaria
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Iniciar sesiónEstamos a 25 de junio de 1914 en una calle de Sevilla. Un hombre sitúa una máquina de fotografía sobre la acera. Quiere atrapar el instante, incluso el aroma que se escapa de un jardín cercano. Posan unas mujeres vestidas con mantón de manila. El ... ojo mecánico absorbe la fantasmagoría de la luz para devolverla en una impresionante paleta de color. Sólo faltan unos días para que este mundo de ayer desaparezca. Unos días para que se produzca el atentado de Sarajevo en el que muere el archiduque Fernando de Austria provocando la Primera Guerra Mundial. Pero aún estamos a cinco días de que esto suceda. Y en Sevilla la luz blanquísima de ese mundo de ayer está a punto de borrarse.
Si quieren pasear por esa Sevilla del pasado vayan a la Casa de la Provincia, donde una exposición organizada por la Universidad de Sevilla y la Diputación, nos asoma a esa ciudad de 1914. «Tras la seda de los Lumière» es una muestra tras la que están los investigadores Luis Méndez y Rocío Plaza Orellana, una pareja que guarda dentro todo el imaginario cultural de Sevilla.
La exposición nos regala la historia de Albert Khan, un banquero francés que impulsó una aventura filantrópica llena de belleza y utopía: los Archivos del Planeta, una especie de enciclopedia visual que intentó atrapar el mundo antes de que desapareciera con la modernidad, antes de que quedara arrasado por las guerras que estaban por venir. Khan lanzó por el mundo a varios fotográfos que congelaron ese mundo gracias a una técnica fotográfica inventada por los hermanos Lumière, la del autocromo, que permitía narrar el mundo con días de viejo color.
El autocromista que fotografió Sevilla fue Auguste Léon. Gracias a él podemos contemplar la luz que se derrama sobre la ciudad en aquellos días de junio de 1914. Es una Sevilla diferente de la fotografiada en las postales turísticas. Es una Sevilla esencial en la que sigue corriendo el aire tibio de aquel verano. Asómense a ese sueño antiguo del mundo de ayer. Una ciudad de color con el tiempo dentro.
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