todo irá bien
La paz es matar terroristas
No hay victorias a medias cuando el único objetivo de tu enemigo es exterminarte
Churchill, Trump
Cae Francia
La paz no es paz hasta que el último terrorista está muerto. A los etarras se les puede meter en la cárcel o en el Congreso. Pero los islamistas tienen más dignidad, son más fanáticos y por lo tanto más leales, menos sobornables, y es precisamente por eso que toca matarlos. ... A todos y cada uno. Israel entrará en Gaza con el apoyo de los Estados Unidos y será el tributo más brillante y hermoso que rendiremos a la paz desde que matamos a Hitler y liberamos los campos. Netanyahu lo sabe. Trump también lo sabe, aunque está tan contento con su despliegue de los últimos días que le da pena saberlo. Y aunque Hamás está aprovechando el alto el fuego para rearmarse y preparar su próxima matanza, también sabe que no llegará a tiempo porque Israel es mucho más fuerte.
La paz no es que no haya guerra sino que la guerra la gane el mundo libre. La paz es lo más difícil y sangriento de conseguir: lo aprendimos con Hitler y lo olvidamos con el comunismo. Al presidente Trump hay que reconocerle una habilidad y un sentido del humor muy por encima de la media, pero su acuerdo de los 20 puntos es una mascarada para que los terroristas entreguen a los rehenes y que luego, una vez más, Israel pueda hacerle el trabajo sucio al mundo. No hay victorias a medias cuando el único objetivo de tu enemigo es exterminarte. No es un detalle ni tendría que pasar desapercibido que entre los rehenes liberados con vida no haya habido ninguna mujer.
La Civilización sobrevivirá gracias a Netanyahu y a Trump, pero no dejará de insultarlos: basta leer la prensa gubernamental española para ver lo mal que le sienta que el presidente de los Estados Unidos haya logrado la paz, y eso que no son conscientes de lo mucho que todavía queda por matar. Es de un interés extraordinario constatar, por si quedaba alguna duda, que tantos periodistas y supuestos intelectuales españoles que se las dan de demócratas, de solidarios y de defensores de ese conjunto vacío que son los derechos humanos cuando no quieres pagarlos, viven en el mismo túnel moral en el que Hamás guarda las armas, viola y asesina a mujeres secuestradas, y fabrica recuentos falso de niños muertos para alimentar la judeofobia de una izquierda europea que desde el final de la Segunda Guerra ha ido enfermando de dejadez, resentimiento y brutalidad por un exceso de excedente y de bienestar logrado sin trabajo.
Israel sabe que Hamás se está rearmando para volver con más secuestros, más mutilaciones y más muerte; con más mujeres que nunca podrán regresar a casa. La paz no es empatar ni contentar a la afectación mediática. La paz es matar a los terroristas que quieren matarte y vamos a entrar a por ellos porque cualquier guerra que perdamos podría ser la última, como trágicamente aprendimos en Auschwitz.