Cliente misteriosa

En el artículo de ABC se nos contaba que Correos ha contratado a una empresa con clientes misteriosos para que comprueben cómo se trabaja y cuánto tiempo se tarda en ser atendido. Habrá 413 visitas. 'Mistery shopping', se llama. En el artículo se hablaba de la diversificación en las oficinas que ha implantado Juan Manuel Serrano para ofrecer otros servicios que nada tienen que ver con lo que se ha hecho en Correos toda la vida. Sí, las cosas cambian. Mira Robert Kennedy, que deja el Partido Demócrata. Si su padre o su madre levantaran la cabeza. O los taxistas en Madrid, que empiezan a parecer los de Nueva York, no solo por el aspecto (leí ayer aquí sobre la llegada de chóferes paquistaníes como mano de obra barata) sino por lo de no conocer el idioma de la ciudad en la que trabajan.

Como cliente misteriosa (y, sobre todo, usuaria poco misteriosa), diría que la gente de Correos (mujeres en su mayoría) son muy amables y trabajan de manera impecable, incluso durante el voto por correo. En la parte negativa, diría que ahora me ofrecen comprar números del Sorteo de la Cruz Roja o la posibilidad de que una compañía de seguros me informe. Como si no tuviera bastante con esquivar a esos jóvenes que te ofrecen en las esquinas hacerte socia de alguna ONG bienintencionada. Con estos, aparte de la vulgaridad de sonreír y decir que tengo mucha prisa (voy temiendo que me pille en rojo el semáforo), a veces hasta doy una vuelta para no pasar por allí. Déjenme en paz. Recuerdo cuando ser funcionario de Correos era una aspiración. Ahora te hacen ser también un comercial. Me pongo en su lugar y me sale un váyanse (Serrano y compañía) a pastar.