TIRO AL AIRE
Quiero ser jurado. No creo en él
¿Es posible el aislamiento recomendado? ¿Qué hacer ante una duda? ¿Y si surge un dilema moral?
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Iniciar sesiónMe chifla la idea de ser jurado en un juicio. Fantaseo con que me convoquen para conformar uno. No tengo duda alguna de que se trata de toda una experiencia. Vivir un proceso judicial desde dentro, asistir a un juicio sabiéndome jueza, no una mera ... opinadora… Impartir justicia, después de curar enfermos, debe de ser una de las tareas sociales más gratificantes. Las dos me parecen más que complicadas. Jamás me llamarán para operar en un quirófano. Pero, si me toca en el sorteo, podría ser jurado.
Bajando la lupa a lo micro, me pregunto cómo te tratan las partes en ese caso. Cómo te mira el acusado, cómo se comporta contigo el juez. Si algún día lo logro, no me perderé ni un detalle de cada consideración de mis compañeros en las deliberaciones. Cuanto más repaso el procedimiento, más atractivo me parece. En parte por mi curiosidad, en parte por su lado literario y cinematográfico. ¿Es posible el aislamiento recomendado? ¿Qué hacer ante una duda? ¿Y si surge un dilema moral? ¿Se pueden aparcar totalmente los sesgos, las creencias, las identidades? ¿Habrá un Jurado Nº 8, como en 'Doce hombres sin piedad', en cada caso?
Reivindico que la Justicia habilite un procedimiento voluntario de alistamiento. Seamos jurados sólo quienes queremos. Conozco ciudadanos elegidos que tiraron de todas las excusas posibles para librarse. Y yo, aquí, soñando con ser una. Quizás es porque sé que no es posible. No por la dificultad de que salga mi nombre en un sorteo. Sino porque, aunque me tocara –una lotería–, no llegaría a la sala de vistas. Me recusarían, antes o después, por periodista. Más si el caso es mediático. Como si el resto no tuviera acceso a la información y a la opinión.
Es la ley. Determinados delitos van por jurado y determinados perfiles no pueden estar en él. Justo o injusto, me alivia: no sentiré jamás sobre mis hombros el peso de decidir sobre el futuro procesal de una persona. Ese trago que me ahorro. Malo o bueno, la mayoría de los miembros del jurado se toman el proceso con absoluto respeto y responsabilidad. Las preguntas del juez, el objeto del veredicto.
No sé si hay un antes y un después en su relación con la Justicia, pero no me extrañaría. He ahí la grandeza del tribunal del jurado: acercar la Justicia al pueblo. En realidad, a una parte del pueblo. Porque la acercará a los jurados, pero la aleja del acusado.
En España diseñamos un sistema judicial basado en la especialización. Con un sofisticado engranaje regulado, de forma estricta, con grados universitarios, oposiciones, tribunales... Los jueces dedican años y años de su vida a formarse y no paran de estudiar y actualizarse a lo largo de toda su carrera. Y a ti, ante algunos delitos, si te sientan en el banquillo, ¿te van a juzgar nueve vecinos legos en Derecho? Me da igual que seas la mujer del presidente que la hija del carnicero. Nunca debería operarte un no cirujano.
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