TIRO AL AIRE
El PSOE también necesita un cónclave
Con alguien como Sánchez al volante, el verdadero reto del PSOE no es gobernar, aprobar presupuestos, lidiar con sus socios o la oposición, sino saber qué es, en esencia, el partido
Humo negro, humo blanco
Conversos de leyenda
La mayor encrucijada a la que se enfrenta León XIV, por mucho que creamos que es cómo actuará ante los conflictos geopolíticos, es definir qué es la Iglesia. Dónde está su sitio. Para qué existe.
Al Partido Socialista de Sánchez le ocurre un poco ... lo mismo. Hay quien, desde dentro, se plantea esas mismas preguntas. No estaría mal, por tanto, que el PSOE celebrara su cónclave. No un congreso al estilo PP, ni una asamblea al estilo Podemos. Más bien un cónclave al estilo vaticano, en el que no se hace campaña ni se presenta programa.
Pero el PSOE no necesita tal foro para elegir a un sustituto de Sánchez –ni está acabado, ni piensa retirarse, parece–, sino más bien para terminar de entronizarlo. Un cónclave de aclamación. Eso le iría bien. Que los suyos, los cercanos, se encierren para conferirle ese aura de elegido. De líder ungido. De cuasi santo. Porque lo cierto es que Pedro Sánchez no sólo no está muerto políticamente, tampoco parece que piense renunciar. Y aunque a todo partido le va bien que haya nombres en la recámara, aquí no hace falta. Sánchez estará hasta que quiera.
Se lo merece. Asado en su propia parrilla, no le va a quedar martirio, tortura, suplicio, sacrificio, ni agonía que pasar. Ni propia medicina que probar. Investigaciones por corrupción en el partido, en su entorno de confianza, en su familia, comunicaciones filtradas… Estarán de acuerdo conmigo en que va camino de ser glorificado. Lo necesita él y lo necesitan, sobre todo, los suyos.
A Pilar Alegría, por ejemplo, le iría bien un evento que confirmara que eso que tanto está defendiendo –¿por fe? ¿por convicción?– tiene todo el sentido, que lo hace por una causa mayor y no por el honor de un solo hombre tan común como el resto. Si no, menuda papeleta.
Lo mismo pienso de Margarita Robles. Que los mensajes que publica 'El Mundo' serán muy privados, pero dicen cositas de lo público. Y eso de que son privados, no sé si el presidente tiene móvil personal y móvil de empresa –es decir, móvil de España–. Igual esa separación ya ni se lleva –perdón, una que es autónoma–.
En cualquier caso, en general, el empresario no puede intervenir las comunicaciones de sus empleados. Pero eso no quita el contenido, que parece que nadie discute. Y así, ¿cómo no entender que a Pedro no le gusten los periódicos? Si lo tienen todo el día de vía crucis. Pero, ¿qué importan los hechos cuando existe la fe? Ahí entra en juego la idea del cónclave.
Porque, con alguien como Sánchez al volante, el verdadero reto del PSOE no es gobernar, aprobar presupuestos, lidiar con sus socios o la oposición, sino saber qué es, en esencia, el partido.
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