la suerte contraria

Los mayores son los verdaderos moderados

Los que hicieron la Transición, no quieren más tradición que paz y libertad

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29/08/2023 a las 19:28h.

De todas las locuras que hemos vivido en España en los últimos años –y mira que hay donde elegir– hay una especialmente triste y es el intento de la extrema izquierda por reescribir la historia y por desacreditar la Transición delante de los mayores, ... de la gente que llevó a cabo ese milagro. Aunque, en realidad, sería injusto decir que ha sido toda la extrema izquierda, podemos circunscribir los intentos a Iglesias y su entorno. Los viejos comunistas pueden ser muchas cosas, pero no gilipollas y, por eso, saben que fueron parte decisiva de esa Transición. Así que son pocos, pero muy visibles, con muchas horas de televisión, presencia constante en tertulias y marcando agenda en programas más o menos fraudulentos, pero, por lo general sectarios y, sin excepción, propagandísticos. Y no están solos: la extrema derecha se une al desprestigio del 'régimen del 78'. Cafre no come cafre.

La gente mayor pasa muchas horas delante de la televisión y, por ello, son sensibles al agit-prop populista y están muy expuestos a la basura. Y llegan a dudar, llegan a plantearse si lo vivido ha sido, quizá, una farsa y si la tan admirada Transición no habrá sido, en realidad, una gran mentira a través de la cual el Franquismo se reinventó para darse una apariencia de democracia y seguir mandando. Otros piensan lo contrario, que estamos en manos del comunismo, que nos ganó la partida. En definitiva, unos y otros han conseguido hacerlos dudar, poner una interrogación donde antes había una certeza, un orgullo por haber sido capaces de pasar de una dictadura a una democracia sin muertos, sin revoluciones y con un reencuentro fraternal. Yo he escuchado a una persona culta, estudiada y en otros momentos moderada decir que «creíamos que el problema vendría de los militares, pero, al final, han sido los jueces». Los han convencido de que la estructura judicial española es franquista y que a eso se refería Franco con lo de «atado y bien atado». Y la culpa de esto ya no es solamente populista: el PSOE ha puesto en tela de juicio la independencia del Poder Judicial y han sido capaces de cuestionar las instituciones para crear un estado de opinión que les favorezca, aun a costa de destruir la obra vital de una generación.

Hay un detalle que puede pasar desapercibido: a quienes ha convencido ese discurso no es a los mayores, sino a los jóvenes. Según la consultora francesa Cluster 17, en las pasadas elecciones solo hubo un 4% de votos a Vox y a Sumar entre las personas de más de 75 años. Es decir, los que han vivido el pasado no quieren volver a él. Sienten un profundo desprecio por ambos bloques de fanatismo, de integrismo y de radicalidad. La nostalgia es un delirio excepto para los que lo vivieron. Y resulta que esos, los que hicieron la Transición, no quieren más tradición que paz y libertad. Ellos son los verdaderos moderados. Y yo no puedo evitar preguntarme qué será de nosotros cuando se vayan y nos dejen solos, perdidos y dando tumbos circulares entre tanta vulgaridad.