la suerte contraria
El otro lado de la barra
Pasé todos los veranos de mi juventud poniendo copas, dando cenas, tirando de bandeja en terrazas kilométricas y limpiando moquetas de hoteles
Elogio del Falcon (20/08/2023)
Elogio de Juan Ortega (18/08/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónExisten dos vías para que un universitario tenga dinero en verano: que se lo de su padre o que se lo de su jefe. También puede robarlo, pero no nos apellidamos Pujol y no contemplamos la cleptomanía. Así que o tus padres son ricos ... y te sueltan la tela para que te pases un verano en un hotel de Marbella subiendo fotos a Instagram o a currar en ese mismo hotel cambiando las sábanas de los primeros y poniendo filtros a las fotos de sus atardeceres desde el otro lado de la barra. Yo pertenezco a estos últimos.
Pasé todos los veranos de mi juventud poniendo copas, dando cenas, tirando de bandeja en terrazas kilométricas y limpiando moquetas de hoteles de Londres con un cepillo de cerdas duras como un relicario con la que quitaba el polvo de los laterales, que es donde se amontona la porquería, así en los hoteles como en el Real Madrid.
En este lado de la barra había muchos chavales con pasta a los que sus familias les decían que ellos no estaban para pagarle los vicios a nadie, que son muchos hermanos y que a espabilar cuanto antes. No existe mejor formación que acercarse al mundo desde abajo, desde el servicio, desde el sentido de la responsabilidad, el esfuerzo, la renuncia, el sacrificio y el juego sagrado de las causas y los efectos. Si trabajo bien, gano dinero, es decir, primero tengo que generar el valor del que quiero disponer.
El problema es cuando el dinero aparece en tu mano sin haberlo ganado, sin haber generado el valor. Entonces, gastar se convierte en un juego diabólico. Cada ronda que pagas te vacía porque son solo numeritos, no hay significantes, ni recuerdos del esfuerzo ni adjetivos. Cuando te lo has ganado, esas rondas saben mejor porque está sostenidas por el respeto, por la mirada limpia, por los jefes que te han dado la oportunidad y por los clientes que lo han hecho posible. Has servido para que ahora te sirvan a ti y entonces consigues estar a la vez en los dos lados de la barra, que ya no es un muro que separa sino uno que une, un punto de encuentro entre tú, el otro y las expectativas de ambos.
Ya nadie quiere ser camarero en verano. Les parecerá poco digno y mucho me temo que algo falla. Son los padres. Se ha caído la cultura del esfuerzo, la comprensión de cómo funciona el mundo y la importancia de generar en los jóvenes una mentalidad orientada a servir. Solo eso crea personas que valoren las cosas y a las personas que lo hacen posible. El populismo es el opio del pueblo y se ha instalado en toda la sociedad, también en la derecha. Es general la sensación de que quien no se va dos semanas de vacaciones es un fracasado y que somos victimas de una izquierda que quiere convencernos de que no tener nada es lo normal. Pues lo confirmo: si no lo mereces, no tener nada es lo normal. Y depende de ti. Esa es la visión correcta. Y, sobre todo, es la que genera jóvenes felices, luchadores y formados en lugar de miradas perdidas que ven cómo la pasta y la alegría acaban cada septiembre en el otro lado de la barra.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete