la suerte contraria
Feijóo debe liderar desde sus principios
Un líder no puede ser gregario, no puede estar dentro del rebaño, sino por delante
Un día de furia
No todo está perdido
Liderar es llevar la contraria a la gente. Hacer lo que la gente te pide no te convierte en su líder sino en su esclavo. Y eso es exactamente lo contrario de liderar. Se requiere cierta independencia de pensamiento, cierta aristocracia. Yo sé que lo ... que la tropa pide ahora es leña, exabruptos y macarradas de barra de bar, pero resulta que lo que conviene es otra cosa, qué le vamos a hacer. Por supuesto, eso la tropa no lo sabe, porque la tropa no sabe casi nada. Pero un líder debe saberlo, está obligado a saberlo y, de hecho, es lo único que se le exige saber. Y precisamente por eso un líder no puede ser gregario, no puede estar dentro del rebaño sino por delante, llevándolo al sitio al que quiere ir, pero por el camino que no conocen, que es el único que lleva al destino. La izquierda decía «OTAN no» y al final fue OTAN sí porque su líder supo verlo y ya está. La derecha quería bajar impuestos, pero su líder tuvo la valentía de no hacerlo, librarnos de una intervención humillante, sanear las cuentas e iniciar un ciclo de crecimiento que aún no ha terminado. Algunos como Esperanza Aguirre aún no se han enterado de esto, claro. Pero ya hemos quedado en que la tropa no sabe casi nada.
Una parte de España pide a Feijóo que lidere un cambio. Creen saber cuál es el camino que debe tomar, que es el que le sale de las gónadas, pero se equivocan. El camino sale del cerebro, y esos mismos que exigen a Feijóo que opte por el otro camino no le perdonarán jamás que, por hacerles caso, no los llevara al destino. España pide a Feijóo que lidere un cambio, sí, pero no le dicen cómo. Entre otras cosas porque no lo saben, como ese hincha que cree que metiendo siete delanteros marcarán más goles. Por el contrario, si Feijóo hace lo que cree que debe hacer y acierta, a nadie le importará que le llevaran la contraria. En cambio, si por hacer caso a la tropa Feijóo fracasa, nadie aceptará su parte de responsabilidad y le dejarán solo en un rincón. Y resulta que España no puede permitirse que Feijóo fracase. No solo porque eso implicaría dejarnos en manos de Sánchez, sino porque implicaría dejar la derecha en manos de voxeros, pseudovoxeros, exvoxeros y filivoxeros, imposibilitando cualquier alternativa e instalando al país en la marginalidad y en la decadencia.
«Sé cuál es mi sitio, nadie me va a mover de la centralidad», dijo Feijóo en la manifestación. «Yo no quiero un frente de la ira, lo que España necesita es concordia», añadió. «No lo hagamos con furia, sino con grandeza», concluyó. Bien, pues estamos de acuerdo. Feijóo sabe dónde quiere llevarnos –al fin del sanchismo–, sabe cuál es el camino –la centralidad, la concordia y la grandeza– y sabe cuál no lo es –el frente de la ira y de la furia–. Espero que el Congreso, siguiendo a su líder, reivindique la centralidad, la España del 78 y la concordia. Porque no me entra en la cabeza que cuando lo que quieres hacer coincide con lo que hay que hacer, prefieras no hacerlo y morir con las ideas de otros.
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