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Iniciar sesiónMis primeros recuerdos de Pepe Domingo Castaño en Madrid dejan el Technicolor y más bien parecen una película de Garci, de las de blanco y negro y humo. Lo veo con gabardina, en la esquina de la Gran Vía, la del 32. Esperando quizá ... un taxi. Él me alegraba las largas tardes, yo andaba enfangado en el dibujo técnico en la provincia, y los goles caían en mí como aquel coñac que anunciaba. El tiempo cambió, me atreví a subir al estudio de radio, al coñac de la botella lo disfrazaron de noviembre y de cortador de césped y, aunque ya hubo otra radio, el seguía ofrendando un corazón tan grande a un medio del que tomó el fuego de Deglané y se lo dio a los humanos.
Me correspondió con su amistad, y yo, paseante de soledades, lo vi como ese capote que me quitaba los fríos de Madrid. Va a hacer un año que se nos fue con una comida pendiente en ese Madrid tan suyo de las Cavas, donde se cantaba ópera o le llegaba una llamada de Julio Iglesias cantando a su Galicia. Cuando me llamó José F. Peláez para darme la noticia con dulzura, antes de llorar me vino el consuelo tonto de buscar un colacao en lo que me parecieron deshoras. Llovía en la ciudad y ya pude llorarle y parirle un obituario en condiciones. No hicieron falta lexatines ni tilas porque no faltaban las palabras en las que vivió desde chico.
Escampó septiembre en la capital, y la radio iba dejando el tiempo de los héroes y entrando en el de los hombres. Hoy me he vuelto de acordar de él, como cada vez que veo la Telefunken que mi padre compró en Ceuta. Hoy he comprendido por qué me ha sabido tan sosa la Eurocopa, por qué los días se repiten en un lunes constante, por qué le bailan tanto el agua a Broncano y por qué un micrófono cualquiera me sigue aún quemando.
Dije entonces que no borraba su teléfono y no lo he hecho. A los amigos no se les deja de querer porque pueblen la inmortalidad. Me alivié de luto entrevistando al Grupo Risa para esta Casa y entrando en su santuario: la radio. Ahora sé que me sigue leyendo. Me habla en los pocos buenos sueños que arreglan mi mal dormir.
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