el contrapunto
Ábalos tira de la manta… pero poco
Si quiere vengarse de Sánchez, que lo ha dejado abandonado, lo mejor que puede hacer es contar toda la verdad
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José Luis Ábalos, mano derecha de Pedro Sánchez antes y después de su salida del Gobierno («siempre he valorado mucho tu criterio político y también tu amistad», le escribía el presidente cuando ya le había quitado la lucrativa cartera de Transportes), ha empezado a ... tirar de la manta y se ha detenido a un cliqueo de incriminarse más de lo que ya lo está o acusar a su amigo íntimo de varios delitos graves. Muy poco antes, hay que decir, porque los wasaps referidos al rescate de Air Europa, publicados por 'El Mundo', contienen material de alto voltaje. Indicios de la implicación directa del jefe del Ejecutivo en la asignación discrecional de 475 millones de dinero público a dicha compañía. ¿Qué otro significado cabe atribuir a ese «es una operación que debemos meditar y ver cómo enfocarla»? La frase en sí misma podría parecer inocua, si no estuviese vinculada en el tiempo con la llamada que hizo el CEO de dicha compañía, Javier Hidalgo, a Begoña Gómez, cinco días antes de que su esposo cursara la referida instrucción al ministro y éste procediese a desbloquear la ayuda con el auxilio de María Jesús Montero, responsable de la SEPI suministradora de los fondos, y del Ministerio de Hacienda que nos esquilma el bolsillo. Una llamada acreditada por la UCO, cuya investigación avanza con una contundencia probatoria digna de la profesionalidad característica de sus agentes.
El otrora todopoderoso secretario de Organización de los socialistas y titular del ministerio que más presupuesto maneja; el hombre que acompañó y aconsejó a Sánchez tras su expulsión del partido, decretada por el Comité Federal al constatar el peligro inherente a su concepción antidemocrática del poder, sabe mucho más de lo que ha contado. Ya se ha preocupado él de grabar y conservar abundante percal 'sensible' con el cual chantajear a los suyos en caso de necesidad. De ahí que haya admitido haber autorizado la publicación de esos mensajes. Está lanzando un aviso a navegantes, al comprobar que sus antiguos compañeros lo han dejado abandonado ahora que la justicia lo tiene acorralado y pende sobre su cabeza una larga condena de cárcel. ¿De verdad esperaba otra cosa? Con tantos años como lleva arrastrándose por los desagües de la política, debería haber aprendido que nadie paga favores ni da la cara por nadie, especialmente en esa secta dedicada a rendir culto al amo que es el PSOE sanchista. También debería ser consciente de que las amenazas sirven de poco en términos defensivos, incluso cuando se consuman, aunque resulta innegable su utilidad como mecanismo de revancha. Con lo que ya ha descubierto la Guardia Civil, Ábalos está prácticamente sentenciado. Si quiere vengarse del tipo que lo utilizó y hoy se lava las manos, lo mejor que puede hacer es contar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
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