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Asesinos y listas

España es el principio oportunista de acomodación de la conciencia a las circunstancias

Los nuevos protocolos (15/5/23)

Camino Estambul (15/5/23)

Ignacio Ruiz-Quintano

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Las listas son un problema político; los asesinos, un problema moral, que incluye la moderación liberalia para despachar el caso con aquel poema de Baudelaire al final de la vida de un asesino que Ruano citaba de memoria: «Allí está partiendo el blando pan (¡ ... la lista electoral!), disfrutando de esa paz ancha que la Providencia concede a los grandes asesinos». El sistema proporcional de listas de partido (cerradas o abiertas, tanto da) en lugar de candidaturas uninominales de diputados de distrito (democracia representativa), impone la oligocracia, y el principio representativo, base teórica del liberalismo político, queda eliminado. Dicho por el jurista ideólogo que nos endosó el Estado de Partidos (autor de las sentencias del 52 y 56 que prohibieron en Alemania los partidos nazi y comunista): – En la democracia de partidos la voluntad general sólo nace por obra del principio de identidad, sin mezcla de elementos estructurales de representación.

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