sin punto y pelota
Causa política a su pesar
Casi nadie se paró en aquel verano, en aquellas noches de hotel de Granada, a pensar en Francesco Arcuri
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Iniciar sesiónCASI nadie creyó a Francesco Arcuri cuando, solo en una habitación en Granada, angustiado por ignorar el paradero de sus hijos, él decía no reconocerse en el retrato de maltratador que difundía la madre, Juana Rivas, esgrimiendo una sentencia de varios años antes que ... le condenaba por una pelea nocturna que mantuvo con ella, cuando regresó a casa de madrugada y él le pedía que no despertara a su por entonces único hijo. Atónito, leía que hasta el presidente del Gobierno entonces, Mariano Rajoy, se sumaba a esa ola de simpatía que decía que Juana Rivas estaba en sus casas, para proteger a la madre, que había secuestrado a los niños para que no volvieran con Francesco a Italia.
Han sido años de calvario y lo que le queda. Tiempo en el que Juana Rivas, según la sentencia italiana que le da la custodia del menor a Arcuri, no se cansó nunca de malmeter a sus hijos en contra de su padre. Ha conseguido su objetivo con el mayor. Casi nadie se paró en aquel verano, en aquellas noches de hotel de Granada, a pensar en el padre. Porque las mujeres siempre tenemos razón, sabemos qué le viene mejor a nuestros hijos y desconocemos la maldad. Ja. Y en una ola de demagogia y populismo, casi todos los periodistas y los políticos se subieron al carro de la protección de la supuesta víctima. Tenía que serlo. Era mujer. A Arcadi Espada le debo un reto por el que le estaré agradecida siempre: ¿De verdad que tú no vas a conocer su versión? Y la conocí. Supe de un padre angustiado, de un señor pacifista, de izquierdas, formado, un poco 'hippie', que no entendía nada.
Quedaba año y medio para que Vox diera a la sorpresa en el Parlamento andaluz. Meses después de aquello, John Müller coordinó un libro para tratar de explicar la subida del partido de Abascal. En mi capítulo, mantuve que fueron los únicos que habían recogido a los huérfanos políticos de un 'establishment' muy satisfecho con el funcionamiento de una Ley Integral de Violencia de Género (LIVG) que no trata por igual a hombres y a mujeres. Sabía del enfado porque había hablado mucho con Javier, que agrupa a padres con niños secuestrados. Porque había escrito del caso de Teo, en Huelva, tres años en la cárcel por una denuncia falsa de abusos sexuales a su propio hijo por parte de la madre. Porque hablaba con Antonia Carrasco y me contaba casos similares. Porque escribí de 'Silenciados', el documental sobre hombres maltratados por sus mujeres que no quería estrenar nadie.
Ningún partido, ni Ciudadanos, ni el PP, ha reflexionado sobre este asunto. Por eso Vox siempre va a tener ese suelo de votos, hombres de izquierdas y de derechas. Nada de esto le importa a Francesco Arcuri, que nunca quiso ser una causa política. Sólo quería ser el mejor padre dadas las circunstancias. Lo va a seguir intentando con su hijo pequeño. Quiere pasar página. Puede que hasta le dé igual que le pidan disculpas. Periodistas y políticos. Sería de bien nacidos hacerlo. Desde Rajoy hasta los que indultaron a Juana Rivas. Enrique Zambrano, el abogado que no se rinde, tendrá su dirección postal.
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