EL BATALLÓN
Metaverso faltón
La izquierda ha terminado por creerse sus mentiras, ese universo 'fake' que ha venido construyendo y que le ha sacado de la realidad
Desperado (1/6/2023)
Brasil: la viga, la paja y el ojo (25/6/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónTambaleantes y con la mirada perdida, así andan en el PSOE tras el nocaut del domingo 28, lanzando furiosos ganchos al aire en un desesperado intento de atinar con la cabeza de algún fascista del PP, ese fantasma, desde que el 29 su jefe, ... aún grogui tras el democrático palizón, tocara a rebato y los lanzara a otra campaña para que le salven el pescuezo a Narciso. Tan exagerada parece la estrategia, tan radical se muestra la tropa en las formas que más que meter miedo despierta una pizca de conmiseración esa patética sobreexcitación ante el reto de la 'alerta antifascista' lanzada por Sánchez. Patético es, por ejemplo, que hasta la que parece más sensata del 'troupe' monclovita (que tampoco es decir mucho con semejante elenco), Margarita Robles, vea «escandaloso» que el PP facilite la Alcaldía de Barcelona a Trías con su abstención, después de que el PSOE haya batido el récord mundial de pactos, caldoseo, dádivas, momios, sinecuras y canonjías a los filoterroristas y a los separatistas catalanes, con tal de que estos mantuvieran a Sánchez en La Moncloa. ¿No fue escandalosa esa generosa entrega a los enemigos de España? Si hasta en prenda les regalaron el Código Penal o la Memoria Democrática, todo el manual de instrucciones de lo que está bien y lo que está mal, el pasado y el futuro, todo. Ni más ni menos.
Subió un poco más los decibelios la presidenta del PSOE andaluz, Amparo Rubiales, que alumbró un curioso neologismo infamante, «judío nazi», otorgado a Elías Bendido, la mano derecha de Feijóo, un oxímoron político tan imbatible que a lo mejor quiso decír «jodío nazi» o vaya usted a saber, porque los socialistas han llegado a tal grado de enajenada sobreactuación que ya es difícil saber lo que piensan o si en realidad piensan las barbaridades que dicen, convertidos todos en una máquina de insultar. Desprovistos de casi todo el poder territorial, la pérdida de La Moncloa el 23J sería un golpe definitivo para el sanchismo y obligaría a la reconstrucción total del partido sobre el que Sánchez ha pasado el buldócer de su gigantesca egolatría, alfombrando de escombros Ferraz. La izquierda, en su conjunto, atraviesa tan mal momento que ha terminado por creerse sus propias mentiras, ese metaverso 'fake' que ha venido construyendo y que le ha sacado totalmente de la realidad. Viven en una trágica posverdad que los está ajando hasta físicamente. Vean si no a Bolaños, que no levanta cabeza desde su 'Trafalgar' del Dos de Mayo. Más despeinado que nunca y más triste que un fado, como sin fuerza, temiendo que en la próxima puerta que quiera cruzar aparezca de nuevo la jefa de protocolo de Ayuso con la carpeta en el pecho negándole el paso. Reina en esa fantasiosa posverdad Yolanda Díaz, intentando recomponer a toda la izquierda extrema derrotada en las municipales y autonómicas, como quien persigue recomponer los añicos con un tubo de Loctite. Anteayer se fue a Doñana a comer fresas con un portavoz que contesta las preguntas que 'Yoyolanda' renunciaba a responder en un notable ejercicio de ventriloquía digno de aquel Rockefeller que decía «toma Moreno» (Bonilla). Este es el nivel.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete