LA ALBERCA
Lo siento, hijos míos
El país que os va a dejar el sanchismo es mucho peor que aquel ya derrotado en el que yo me crie
La venezolización 7/11/2023()
La España Z de la Princesa (31/10/2023)
La forma más extrema de demagogia se denomina agnotología, término que define la creación deliberada de una cultura de la burricie a través de la confusión, el engaño o la duda inducida. Consiste en diseñar una realidad torticera utilizando datos científicos falsos, sesgados o directamente ... fanáticos. Lean el texto de la ley de amnistía y entenderán qué es exactamente. La voladura de los principios a través de la retórica tiene su mejor compendio en esa prosa paranoica que niega los hechos palmarios y que coloca entre el ciudadano y el poder una celosía dialéctica infranqueable. La más culminada de todas estas deformaciones jurídicas es esta: «En nuestro ordenamiento constitucional no tiene cabida un modelo de democracia militante, esto es, un modelo en el que se imponga no ya el respeto, sino la adhesión positiva al ordenamiento». Detrás de este premeditado pandemónium gramatical está la justificación nada menos que de la vuelta a los tribunales populares. Basta con traducirlo al román paladino: «En nuestro Estado de derecho la sociedad siempre está por encima de la ley». Es decir, la inspiración bolivariana del texto permite a su creador reducir la democracia al sufragio. La división de poderes y el ordenamiento jurídico quedan fuera. El fin –la sociedad, la convivencia social– justifica los medios –el incumplimiento de las normas–. Lo siento mucho, hijos míos. El país que os va a dejar el sanchismo es mucho peor que aquel en el que yo me crie. Os juro que daría mi vida por que hubiese sido al contrario.
La parrafada tiene otras muchas perlas, como la renuncia al ejercicio del 'ius puniendi', el cuento de la convivencia democrática, la apelación a la soberanía popular –no nacional– o la idea de que si el poder legislativo elegido por el pueblo es el único legitimado para tipificar o destipificar una conducta, también lo es para amnistiarla. Ahí queda eso. Es un larguísimo 'corta y pega' de jurisprudencia colateral como el de la tesis doctoral del autor de este desastre. Por cierto, el preámbulo de la ley del 77 tenía diez líneas; éste, más de doscientas. No hay más preguntas, señoría. Lo siento, hijos míos.
En la soflama presentada al Congreso hay también pasajes surrealistas, como el que dice que la condena e inhabilitación de los empleados públicos que participaron en el golpe «produciría un trastorno grave en el funcionamiento de los servicios en la vida diaria de sus vecinos». Demos la bienvenida, por nuestro bien, al funcionario inviolable. Hay que reconocer que en materia de populismo la argumentación es bastante profesional. Pero lo que queda de todo esto es la constatación de una catástrofe de la que serán principales responsables quienes desde el lado de la libertad se tragan la rueda de molino que pone Sánchez y permiten que se culmine la agnotología total hacia el nepotismo: el sanchismo primero abolió la moral para anteponer su ideología y ahora va a demoler su ideología –«no habrá amnistía», Pedro Sánchez, 20 de julio de 2023– a cambio del poder. Lo siento en el alma, hijos míos. Estoy desolado por vosotros.