La tercera
Liberalizar las patentes
«No hay que negar que la suspensión temporal y excepcional de los derechos de propiedad intelectual podría ser una de las medidas para solucionar esta pandemia, pero no la única ni, quizás, no la principal. A corto plazo, es previsible que habrá suficientes dosis para vacunar a la población más vulnerable en todas partes y obtener la inmunidad colectiva necesaria»
Federico de Montalvo Jääskeläinen
La Fundación Pablo VI celebró, en el bellísimo Palau Macaya de Barcelona, una mesa redonda sobre uno de los debates más interesantes que nos ha traído esta pandemia: la liberalización de las patentes de las vacunas frente al Covid-19 como solución a las bajas ... tasas de vacunación alcanzadas, por ahora, en los países en desarrollo. Fue un evento en el que, una vez más, el respeto, serenidad y deliberación demostraron que personas en representación de entidades y organizaciones tan dispares como Farmaindustria, Médicos sin Fronteras, OMS o el Comité de Bioética de España, y desde posiciones no precisamente coincidentes, pueden ver que su análisis y propuestas no están tan distantes.
Y así, todos los ponentes expresamos la convicción compartida de que el propio término pandemia hace referencia a un problema global y que, como tal, exige soluciones de la misma naturaleza. Esta enfermedad epidémica no es nacional. Se está extendiendo a todos los países del mundo. Y, por ello, resolver el problema de la vacunación en los países en desarrollo no solo es lo correcto éticamente, sino lo inteligente. Pensar que lograremos solventar esta crisis vacunando al hemisferio norte y dejando reservorios en el hemisferio sur, es decir, en una gran parte de la población del mundo en los que se seguirá alojando de forma crónica el germen del Covid-19, es no resolver el problema a medio plazo. El reciente lema de la OMS resulta tan paradigmático que exige pocas explicaciones: «Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo». Diferentes países, continentes, hemisferios, pero una sola Casa Común.
Como llevan reclamando diferentes organizaciones internacionales, Naciones Unidas, Unesco u OMS, debemos avanzar hacia soluciones globales y no meramente locales. En palabras del director general de la OMS, el mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral si no se alcanza una solución global que atienda también los intereses y necesidades de los países en desarrollo. También, el Papa Francisco nos ha recordado que la vacuna frente al Covid-19 debería ser considerada como un «bien común universal», una noción que requiere acciones concretas que inspiren todo el proceso de investigación, producción y distribución de las vacunas.
El diagnóstico es, en todo caso, más fácil. El punto de encuentro descrito no es difícil de alcanzar. Sin embargo, el acuerdo se torna mucho más complejo cuando se aborda el debate de las propuestas de solución ¿qué medida es la más oportuna para alcanzar una solución a este problema global?
La pregunta de la que partíamos y que justificaba el evento era si la liberación de las patentes constituía la fórmula única o, al menos, principal para resolver el problema. Si era, en palabras utilizadas por uno de los ponentes, la bala mágica que permitiría que, pudiéndose producir las vacunas en muchos lugares del mundo, y, especialmente, en los países en desarrollo, se alcanzaría más tempranamente en su distribución a la población de estos.
Y la propuesta es especialmente compleja porque pone sobre la mesa el propio debate sobre los derechos de la Propiedad Intelectual (IP) y, incluso, sobre la propiedad privada. Por ello, es especialmente importante situar el debate en su justo contexto: ¿estamos hablando de una medida absolutamente excepcional en un contexto también excepcional? o ¿estamos aprovechando la pandemia para alterar de manera sustancial el paradigma de la innovación en salud que se basa en las patentes y la IP?
Es importante recordar que las patentes no solo protegen el derecho de propiedad, sino que conectan directamente con la dignidad del individuo en la medida que son garantía de la libertad de creación científica, la cual aparece proclamada en nuestra Constitución (art. 20) y en la Carta de Derechos de la UE. Y como nos recuerda el texto normativo más relevante en el ámbito de la Bioética, la Declaración de la Unesco de Bioética y Derechos Humanos de 2005, gracias a la libertad de la ciencia y la investigación, los adelantos científicos y tecnológicos han reportado, y pueden reportar, grandes beneficios a la especie humana, por ejemplo, aumentando la esperanza de vida y mejorando la calidad de vida. Sin embargo, la propia Declaración añade, a continuación, que la salud no depende únicamente de los progresos de la investigación científica y tecnológica sino también de factores psicosociales y culturales, promoviendo un modelo de aprovechamiento compartido de los beneficios resultantes de toda investigación científica y sus aplicaciones (léase, en nuestro caso, las vacunas).
Por tanto, las patentes como garantía de la libertad científica satisfacen no solo el interés individual del investigador, sino también el interés de la sociedad en general, ya que son un elemento sustancial de la innovación, pero dentro de un marco de aprovechamiento global.
En todo caso, como anticipaba antes, tampoco en este tema hubo un total desacuerdo entre los ponentes, ya que también se concluyó que la liberación de las patentes podía no ser la medida principal y que, precisamente, con dicho debate se estaba, quizás, evitando otro más complejo: ¿estamos realmente ante un problema de producción o, por el contrario, de distribución de dosis? ¿No llega suficiente número de vacunas a los países en desarrollo porque no hay dosis suficientes o porque muchos Estados están haciendo un acopio, incluso, excesivo, de dosis y muchos otros están vacunando a toda la población, incluso, habiendo alcanzado ya la inmunidad colectiva?
No hay que negar que la suspensión temporal y excepcional de los derechos de propiedad intelectual podría ser una de las medidas para solucionar esta pandemia, pero no la única ni, quizás, no la principal. A corto plazo, es previsible que habrá suficientes dosis para vacunar a la población más vulnerable en todas partes y obtener la inmunidad colectiva necesaria. Significa, desde una perspectiva ética, que debemos mirar, no solo a las empresas privadas, sino a los países desarrollados y sus ciudadanos. ¿Podemos aceptar vacunar a grupos de población en los países desarrollados sin un riesgo real de Covid-19 (véase, nuestros niños), cuando tengamos ya suficientes personas vacunadas para obtener la inmunidad colectiva? ¿Es ético seguir acumulando, sin usar, muchas más dosis de las necesarias una vez alcanzada la citada inmunidad? ¿No sería más ético optar por enviar dichas vacunas a los países en desarrollo? Estas preguntas remueven lo más profundo de nuestro corazón, pero la respuesta no parece tan difícil.
En definitiva, el debate de la liberalización de las patentes de las vacunas es un debate sugerente pero también algo tramposo, para evitar formularnos a nosotros, como sociedad, preguntas incómodas y, sobre todo, peligroso en la medida que podrían adoptarse ahora medidas precipitadas. Como expresara con su gran sabiduría san Ignacio de Loyola hace muchos años, en tiempos de desolación no hacer mudanza, lo que llevado al ámbito que nos ha ocupado puede ser tanto como que en tiempos de pandemia no cambiar paradigmas. Las vacunas nos van a permitir acabar antes de lo esperado con esta crisis, pero puede que no sea la última, y, por tanto, con la innovación mejor no jugar, al menos, ahora.
=================================================
Federico de Montalvo Jääskeläinen es presidente del Comité de Bioética de España
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete