BMW también sabe hacer coches cómodos

En el interior el cambio es radical. Apenas hay botones, sustituidos por superficies táctiles que controlan prácticamente todo, incluyendo la climatización. Los pocos existentes ofrecen un alto nivel de calidad al tacto y, en general, cabe destacar el muy alto nivel de los remates y los ajustes del interior que, junto con el confort de sus asientos de ajuste eléctrico, son uno de sus puntos fuertes.

El habitáculo es espacioso para que cuatro adultos viajen con mucho confort, pero cabe reseñar que la quinta plaza de la fila trasera no es completa, por lo que no será tan confortable como las restantes en un viaje largo. Por otro lado, el maletero, de 415 litros (470 con otras mecánicas) ofrece un acceso bastante bajo y práctico para albergar grandes cargas. Tanto la consola central flotante -bajo la cual se pueden almacenar objetos- como el opcional techo panorámico practicable, de grandes dimensiones, refuerzan la sensación de coche amplio.

Un avanzado sistema de reconocimiento de órdenes vocales permite ajustar la climatización o elevar o bajar las ventanillas, reforzando al sistema táctil que, como suele suceder, no llega a ser tan práctico como la botonería convencional. El modelo incorpora además un Head-up display proyectado sobre una lámina de metacrilato -además de un sistema de navegación tridimensional, que incorpora al paisaje las indicaciones gracias a una cámara-, y un amplio catálogo de asistentes a la conducción, entre ellos el ya habitual adaptador de velocidad adaptativo. También integra, y esto es menos habitual, una cámara para la función Remote Theft Recorder, que graba el interior del vehículo en caso de robo.

En marcha, el BMW Serie 2 Active Tourer es muy, muy cómodo, sin que el doble adverbio deba ser tomado como exageración, sino como mera descripción. La suspensión es un punto más firme de lo que sería esperable en un coche de su segmento, aunque filtra muy bien los resaltos del camino y a cambio permite una conducción bastante ágil y agradable. Todo en él invita a efectuar largos viajes, incluyendo su autonomía, que supera los 800 kilómetros con un solo depósito.

El motor de nuestra unidad, gasolina 220i con microhibridación, se conjuga muy bien con la caja automática Steptronic de siete velocidades, y responde bien tanto en carretera como en ciudad. En este último ambiente es cuando mejor se aprovecha el sistema mild hybrid que, además de permitir lucir la etiqueta ECO sobre el parabrisas reduce ligeramente las emisiones y los consumos, que rondaron los 6,7 litros a los cien (homologa 5,9) durante nuestra prueba, de unos 350 kilómetros con predominio del ciclo extra urbano. Un sistema de modos de conducción permite escoger entre las funciones Dynamic y Eco, para primar la agilidad o la economía, según se requiera.