«No puedo superar el duelo porque mi hija no murió ni por enfermedad ni accidente»

«¿Tú sabes lo que cuesta escribir cada letra, cada palabra?», dice Ángel, y se le quiebra la voz. Sangre, sudor, lágrimas y recordar un pasado y un futuro que jamás tendrá Katia. Ni Cristina Arce, Belén Lagdon, Teresa Alonso ni Rocío Oña.

Esteban, de una amabilidad exquisita, relata: «No puedo superar el duelo. Tendré que pasarlo algún día. El psicólogo me recomienda que no me lo eche todo sobre los hombros. Que expulse fuera todo lo que llevo dentro. Por eso decidí a plasmar mis sentimientos y emociones en el papel». Le cuesta lo indecible.

« Katia no falleció en un accidente ni a causa de una enfermedad. Fue un asesinato (habla en presente). Se dieron una concatenación de hechos que provocaron unas muertes absurdas que se podían haber evitado», agrega, en alusión al cúmulo de irregularidades que ha destapado la instrucción del caso y que le impiden superar lo insuperable

«En tres años he perdido a la mitad de mi familia, mi mujer enfermó, pero mi hija salió una noche a divertirse y no volvió. Y a eso no se le puede llamar accidente», concluye.